EL MATRIMONIO
¿Destinado a
desaparecer?
por Herbert W. Armstrong
¿Esta desapareciendo el
matrimonio? ¿Sigue siendo malo el adulterio? La institución del hogar,
con su vida de familia, ¿esta tocando a su fin en nuestra sociedad? ¿Cómo y
cuando se origino la institución del matrimonio? ¿Cumple un propósito
verdaderamente necesario?
Este folleto es un penetrante
análisis de las instituciones del matrimonio, el hogar y la vida de familia. Es
la revelación de una verdad asombrosa y sorprendente que la ciencia, la
religión, la educación, y de hecho la sociedad entera, han pasado por alto.
Ciertos
Sociólogos,
deteniéndose a revaluar la institución del matrimonio, han dado a conocer
predicciones alarmantes para el futuro próximo. A su modo de ver, el matrimonio
no solo es una costumbre anticuada, sino que ¡esta destinado a desaparecer!
¿Sorprendente? ¡Sin duda!
A nuestro derredor vemos incontables matrimonios deshechos, y como si esto fuera poco, ¡muchas personas están poniendo en duda, muy seriamente, la conveniencia misma de esta institución!
¿Es posible que el matrimonio caiga en desuso después de tantos siglos y generaciones? ¿Acabaran el hogar y la familia por ser cosas del pasado? ¿Inconcebible?
Esta clase de conceptos esta apareciendo cada vez con mayor frecuencia en revistas y diarios, y leemos en diversos artículos que pronto el matrimonio dejara de ser el único medio socialmente aceptable para la unión sexual. El embarazo fuera del matrimonio es un fenómeno que va en aumento y con él la tendencia a una mayor aceptación por parte de la sociedad.
Bien podríamos preguntarnos si al fin y al cabo el matrimonio cumple algún propósito necesario.
Para muchos, la pregunta es necia y absurda. El matrimonio es una realidad de la vida. Los niños que se crían en el seno de un hogar con padres, hermanos y hermanas, y que ven a sus compañeros en un hogar normal, dan por sentado que algún día ellos también se casaran. En tales circunstancias, hace 50 años a nadie se le habría ocurrido poner en tela de juicio el matrimonio como institución. Nadie habría osado preguntarse, aun en lo mas oculto de su ser, si el estado matrimonial era conveniente para la sociedad.
¿Por
qué el matrimonio?
¿Por que debe existir el matrimonio? La pregunta en si es inquietante; no obstante, algunos sicólogos ya la han planteado.
¿Y nosotros? No debemos suponer sino investigar. Una tradición o costumbre que este en lo correcto resistirá cualquier duda. Por consiguiente, ¡atrevámonos a averiguar cual es la verdad al respecto!
¿Cómo se origino la institución del matrimonio?
Por extraño que parezca, las "autoridades" - sicólogos, sociólogos, médicos, científicos y educadores- ¡no lo saben! La mayoría de estas "autoridades" aceptan la teoría de la evolución.
¡Vale la pena reflexionar sobre
esto! Si el hombre surgió mediante un proceso de evolución descendiendo
gradualmente a lo largo de millones de años de una especie animal inferior a la
humana, parecida a los antropoides o antecesora de ellos, entonces, ¿Cómo y
cuando apareció la costumbre del matrimonio?
Y, ¿POR QUÉ surgió?
Los animales son macho y hembra. Los mamíferos se reproducen según su especie como lo hacen los seres humanos. Pero los animales ¡no se casan! Si el hombre es simplemente un animal superior, ¿en qué etapa del desarrollo evolutivo fue que el "animal" humano o el ser antropoide adopto la institución matrimonial? Y, ¿POR QUÉ el hombre la adopto cuando ningún "otro animal" lo ha hecho?
Si el hombre no recibió normas morales de una autoridad mayor que él, entonces ¿cuándo, cómo y por qué las ideo?
A diferencia de las autoridades antes mencionadas, el mundo cristiano habla de una creación y de un Creador. ¡También esta idea merece investigarse seriamente!
Si aceptamos que el cristianismo tradicional es guardián de las normas morales, aun tenemos que preguntarnos: ¿ Por que existe el matrimonio y cual es el propósito de dicha institución? Los sicólogos se preguntan si el cristianismo tradicional tiene la respuesta.
Algunos han enseñado que el celibato es un estado mas excelente que el matrimonial y que la sexualidad tiene como único propósito la reproducción.
¡Debemos reflexionar muy bien sobre esto! Si el único fin de la sexualidad es la procreación . . . si las relaciones sexuales dentro del matrimonio son licitas solamente cuando su objeto es traer hijos al mundo y si el celibato es superior al estado matrimonial, entonces, considerando que el matrimonio no es necesario para la reproducción, tendríamos que inferir que el matrimonio no es deseable. ¿No seria mejor, pues, hacer uso de la función sexual para propagar la especie y vivir en el estado célibe, que es el más excelente?
Ahora bien, esto significaría que hay más probidad, mas integridad, en la fornicación que en el matrimonio. Consideremos bien a donde nos lleva tal razonamiento y enseñanza.
Repetimos: El proceso de reproducción en los mamíferos es igual que en los humanos. Los animales se reproducen. . . ¡pero no se casan!
El matrimonio no es necesario pare la reproducción. Antes bien, ¡hoy vemos demasiados casos de reproducción humana sin matrimonio! Es una tendencia que va en aumento. . . y la sociedad se muestra cada vez más laxa, mas tolerante.
¿Hay, pues, alguna buena razón para que los seres humanos, quienes se procrean, se casen, mientras los animales, que también procrean, no se casan?
¡Si la hay! Pero no muchos la comprenden. Tanto el cristianismo tradicional como los adeptos al evolucionismo han pasado por alto la respuesta verdadera.
¿Cómo
nace un ternero?
Es muy importante que entendamos lo siguiente. El proceso reproductivo en los mamíferos y en el ser humano es exactamente el mismo, pero la similitud termina allí.
¿Ha observado usted, lector, el nacimiento de un ternero? El toro, padre de la criatura, no llama un obstetra ni lleva la vaca al hospital para el alumbramiento. Lo mas seguro es que ni se dé por enterado.
Los mamíferos paren sin ayuda alguna. Al menos así fue hasta que los hombres, con sus practicas "científicas" y modernas de alimentación y cría de animales, condujeron a una situación degenerada donde, en algunos casos, el dueño se ve precisado a acudir a un veterinario.
Pero normalmente la vaca, sin ayuda y sin quien la atienda, pare allá en el campo o quizá en un establo. No bien ha nacido el ternero cuando, desmanado, trata de ponerse en pie. La vaca, lerda ella, se limita a mirarlo. No tiene que cuidar de su pequeño ni enseñarle a comer ni a caminar. El recién nacido tambalea un poquito al principio y quizá se caiga un par de veces, pero al cabo de pocos minutos logra pararse y comienza a andar.
¿A donde ira? No es necesario que lo guíen ni que le enseñen. El ternero sabe a donde ir: ¡Va por su comida!
¿Cómo lo sabe? Lo sabe porque los animales nacen con instinto. No necesitan aprender. Nadie tiene que enseñarles. No tienen que razonar, tomar decisiones ni aplicar un criterio. El instinto los guía automáticamente.
Pero con el ser humano todo es diferente. El proceso reproductivo en si es igual, mas como dijimos antes, la analogía termina allí, porque de ahí en adelante las diferencias entre el hombre y el animal son extraordinarias.
¿Cuanto tiempo tarda un niño en aprender a caminar? Aproximadamente un año y quizá mas. El bebe recién nacido es incapaz de valerse por si mismo. Ni siquiera puede controlar sus procesos corporales. No tiene instinto en el sentido estricto de la palabra. Necesita que sus padres le hagan todo, que lo cuiden, lo protejan, le enseñen y le brinden amor.
Su proceso de maduración es muy
lento, mucho mas lento que en los animales. Pero su potencial es infinitamente
superior. En vez de un cerebro puramente animal con instinto automático e
inherente, el bebe humano tiene una mente. Al nacer, esa mente carece de
conocimientos, aunque los puede obtener.
También puede razonar, imaginar, pensar con creatividad, planear, diseñar, formular juicios, tomar decisiones, ejercer la voluntad y la autodisciplina. Mas aun, tiene facultad para apreciar la música, la literatura, el arte; y lo mas importante de todo es que puede desarrollar el sentido de los valores morales y espirituales, e incluso puede desarrollar un carácter justo.
En los animales la facultad sexual tiene una sola finalidad: la reproducción. Pero en los seres humanos, la
sexualidad cumple también otros propósitos, como veremos mas adelante.
Para que el niño recién nacido llegue a cumplir el propósito trascendental de la existencia humane, infinitamente superior al de un animal, necesita los cuidados, la instrucción, la dirección y el amor de sus padres . . . y también la experiencia de vivir en el seno de un hogar y una familia.
¿Propósito
trascendental?
¡Un momento, por favor! ¿Dije yo un propósito trascendental? ¡Exactamente! Así como se lee.
Si el ser humano hubiese evolucionado de alguna especie animal inferior, si hubiese surgido sin designio ni finalidad alguna por obra de fuerzas intrínsecas, si no hubiera ningún plan ideado por un ser creador de inteligencia suprema, si los hombres no fueron puestos sobre la tierra con algún propósito . . . entonces bien podríamos preguntarnos: ¿Por que existe el matrimonio?
Los grandes pensadores de todos los siglos, buscando a tientas, quisieron descubrir ese propósito, mas no pudieron. Quizá la mayoría de ellos aceptaron la realidad del matrimonio y la familia como un hecho cumplido, y quizá siguieron la costumbre también. Sin embargo, no conocieron su PROPOSITO
¡Esta ignorancia tiene una causa asombrosa!
Quien da crédito a la idea de una evolución sin Dios no puede captar el designio trascendental que hay en el nacimiento de un niño, el cual es infinitamente superior al propósito del nacimiento de un ternero o de un gato. Solo ve al humano en una etapa mas avanzada del supuesto desarrollo evolutivo, pero nada de propósito trascendental.
Seamos sinceros. ¿No es un poco irracional que la ciencia, sin haber comprobado la teoría de la evolución, la crea como un dogma? ¿Y no es peor aun el desatino cuando la ciencia no ha podido refutar la existencia del personaje omnisapiente, el Dios Creador, cuya existencia se puede comprobar y se ha comprobado? Sin embargo, los postulados científicos, con escasas excepciones, se niegan siquiera a admitir la posibilidad de que exista lo sobrenatural.
Cierto autor explica que los científicos son renuentes a aceptar la existencia de Dios. Pero es mas que renuencia. ¡Es una rebeldía mental que rehusa aceptar el hecho de que el Creador existe!
Esto se escribe para quienes si estén dispuestos a considerarlo. Lo que sigue ahora quizá resulte tan absolutamente INUSITADO que a primera vista parezca imposible.
Sin embargo, ¡examinemos! ¡Consideremos! Descubramos el objetivo, el PROPOSITO, del matrimonio y comparemos esto con las perspectivas que ofrece la teoría evolucionista.
Si, reflexionemos. Alguien que dice ser Dios, el Creador, nos esta revelando algo. ¡Oigámoslo! Y entonces juzguemos si esa extraordinaria revelación es mas sensata que la explicación – la única - ofrecida por el enfoque evolucionista. Juzgue usted mismo cual da un SENTIDO mas racional y noble a la vida. Luego pondere y compare esto con la triste futilidad de una existencia humana desprovista de un propósito y un destino . . . la que nos ofrece la teoría de la evolución.
En el libro de mayor venta en el mundo, la Santa Biblia, se cita a uno que afirma ser el Dios Creador. Veamos lo que revela este personaje acerca de si mismo y acerca de la razón de la existencia humane, la sexualidad y la institución matrimonial.
No vamos a presentar las supersticiones tradicionales que la ciencia rechaza como "fundamentalismo". Lo que exponemos a continuación no es una nueva "teoría", ni una interpretación, ni un concepto ideado por el hombre. Es únicamente lo que la Biblia dice, sin interpretaciones. Es algo que ha estado escrito desde hace siglos; sin embargo, hoy causa asombro y admiración ver estas verdades que tanto la ciencia como la religión han pasado por alto.
¿Es
Dios el que habla?
¿Quién es el que habla? Las palabras fueron escritas por el profeta Isaias, pero el cita a alguien que afirma ser Dios.
"Yo soy el Eterno, y ninguno mas hay; no hay Dios fuera de mí", dice la persona citada (Isaias 45:5).
Y luego: "Así dice el Eterno, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. Yo hice la tierra, y cree sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejercito mande" (versículos 11-12).
Además agrega: "Porque así dijo el Eterno, que creo los cielos; él es Dios, el que formo la tierra, el que la hizo y la compuso . . . Yo soy el Eterno, y no hay otro . . . ¿quien hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo el Eterno? Y no hay mas Dios que yo . . . Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mi se doblara toda rodilla..." (versículos 18-23).
A su debido tiempo veremos si este que afirma ser Dios hace doblar toda rodilla, de ateos y agnósticos también, en humilde rendición ante Él. . . ¡aunque sea quebrantando sus rebeldes huesos!
El que dice ser Dios nos demuestra que lo es. ¿Qué prueba nos da? Su capacidad pare PREDECIR el futuro y su poder pare hacerlo realidad.
Este personaje declara que Él es Dios: "'¿A quien me asemejáis, y me igualáis' y me comparáis, para que seamos semejantes? . .. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aun no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero. . . Yo hable, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré" (Isaias 46:5, 9-11).
Él mismo desafía a los incrédulos diciéndoles que adviertan y entiendan: "Pare que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del Eterno hace esto, y que el Santo de Israel lo creo. Alegad por vuestra causa, dice el Eterno; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos enmendar lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos que contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad..." (Isaias 41:20-24). Nosotros también le decimos al lector que considere y entienda.
Así Dios reta y ridiculiza al burlador, y muestra que una prueba de la existencia suya es la capacidad para profetizar y pare hacer realidad lo profetizado.
Este que se dice Dios predijo hace 1.900 a 2.500 años, en las profecías de la Biblia, lo que acontecería a todas las ciudades principales del mundo de entonces y a todas las naciones. ¡Y ninguna de esas profecías dejo de cumplirse!
¿Cuál es la grandeza de los científicos de hoy comparados con aquel Dios que ellos mismos rechazan?
"He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; He aquí que hace desaparecer las islas como polvo . . . Como nada son todas las naciones delante de el y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es. ¿A que, pues, haréis semejante a Dios, o que imagen le compondréis?" (Isaias 40:15-18).
Veamos, pues, lo que revela este ser que se dice Dios. La sorpresa será grande, aun para quienes hayan leído la Biblia anteriormente.
En el primer capitulo de la Biblia, el que se presenta como nuestro Hacedor revela la inmensa diferencia que hay entre la reproducción de los animales y la de los seres humanos.
Leámoslo . . . pero sin darle interpretaciones. Nosotros no lo interpretaremos. Veámoslo tal como esta escrito.
"Y creo Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su genero, y toda ave alada según su especie. . . bestias y serpientes y animales de la sierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su genero, y ganado según su genero. . ." (Génesis 1:21-25).
Aquí dice, sin interpretaciones, que Dios creo los peces según su especie, las aves según su propia especie, el ganado según su especie. Cada especie tiene sus variedades, pero cada una se reproduce dentro de su propia especie. Dios no creo los mamíferos según la especie de los peces, ni los peces según la especie de las amibas, sino los peces según su propia especie. Los peces no evolucionaron de la especie de las amibas sino que fueron creados, según dice el libro de Génesis, según la especie de los peces, y el ganado según la especie del ganado.
¿Y el hombre?
Concluyamos la cita: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a NUESTRA IMAGEN, conforme a NUESTRA SEMEJANZA. . . Y creo Dios al hombre a su imagen" (versículos 26-27). Esto contradice la teoría de que el hombre es un animal superior que evoluciono de mamíferos inferiores. Dice que Dios creo al hombre según la "especie" de Dios.
Sea Dios como fuere, hizo al hombre semejante a Él. Le dio la misma forma suya. A su imagen . . . ¡cómo Él!
Aquí dice, pues, que Dios hizo el ganado como ganado y ¡al hombre como Dios! Esta revelación, que casi nadie en nuestro mundo engañado ha podido captar, dice que ¡Dios se esta reproduciendo según su especie! Causa bastante extrañeza, ¿no es así? Pero es una verdad que la Biblia afirma una y otra vez, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Aclarémoslo. Aquí se dice que el hombre fue formado a imagen de Dios. ¿Cómo es la imagen o apariencia de Dios? Muchos pasajes de la Escritura revelan lo que Dios dice al respecto. No tenemos que adivinar ni imaginarnos ni crear dioses a nuestra propia imagen.
Muchos versículos de la Biblia revelan que Dios tiene manos, como por ejemplo Exodo 9:3 y Job 1:11. Se hace mención de su "diestra". Tiene dedos (Exodo 31:18). Dios hizo al hombre con manos y dedos, pero a los animales con cascos, patas, garras, alas y aletas. Queda claramente revelado en la Biblia que Dios tiene brazos, piernas, pies, ojos, nariz, boca, voz y oídos. En síntesis, Dios tiene la misma forma que tiene el hombre. También se afirma claramente que Dios tiene una mente capaz de pensar con creatividad, de diseñar, planear y razonar. El hombre también la tiene, aunque imperfecta. Los animales tienen un simple cerebro material dotado de un instinto automático pero sin la facultad de pensar ni juzgar y sin la responsabilidad moral ni el autodominio que tienen la MENTE humana y la divina.
El hombre, pues, fue formado con la apariencia de Dios, a su imagen.
Ahora bien, Dios es espíritu (Juan
4:24). Esta compuesto de espíritu pero formo al hombre de materia:
"Entonces el Eterno Dios formo al
hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente" (Génesis 2:7). La expresión "ser viviente" es una
traducción al español de la palabra hebrea nefesh que quiere decir "alma". En
otras palabras, "alma" significa "ser viviente". El alma no es algo que el
hombre lleva dentro de si El hombre no tiene alma. El hombre es un alma, o sea
un ser viviente hecho de la materia de la tierra. Esto equivale a decir que el
alma es material y que puede morir (Ezequiel 18:4, 20), aunque el diablo dijera
lo contrario (Génesis 3:4) y aunque esas mentiras de Satanás hayan pasado al
cristianismo tradicional por intermedio de las religiones paganas. En I
Corintios 15:45 se cita Génesis 2:7, y enseguida añade: "Mas lo espiritual no es
primero, sino lo animal; luego [por una resurrección] lo espiritual.
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo . . . Y así como [los seres humanos convertidos] hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también [mediante una resurrección] la imagen del celestial" (versículos 46-49). Todo este capitulo se refiere al tema de la resurrección.
Así pues, se describe a Dios como un ser compuesto de espíritu pero con la misma forma e imagen que Él dio a los seres humanos. Estos, a su vez, fueron hechos de MATERIA, pero en una futura resurrección podrán ser transformados en espíritu lo mismo que Dios.
Conviene leer ese párrafo de nuevo. La resurrección es la única esperanza dada al hombre en el Nuevo Testamento.
¿Que hemos podido establecer hasta ahora? Dios, compuesto de espíritu, creo los peces, las aves y demás animales, cada uno según su especie, pero creo al hombre a imagen de El mismo. Al respecto queda mucho por explicar, pero hasta aquí se ha afirmado esto: ¡El hombre no es un animal!
Siguiendo adelante, podemos preguntarnos: ¿Cómo es Dios?
Nótese que Dios dijo: "HAGAMOS. . . " No dijo: "Haré", sino "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza".
¿Por que dijo "hagamos" y "nuestra"? ¿Por que uso la forma plural?
Volvamos al principio. Las primeras palabras de la Biblia son: "En el principio creo Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1).
Estas palabras las leemos hoy en
idioma español, pero Moisés las escribió bajo inspiración divina en hebreo.
La palabra castellana "Dios" es una traducción de la palabra hebrea Elohim, un sustantivo plural como lo son los sustantivos colectivos "familia" y "equipo".
Veamos una sencilla ilustración. La familia Pérez esta compuesta de cuatro personas: el esposo, la esposa, un hijo y una hija. El padre es "Pérez". La madre es "Pérez". El hijo es "Pérez"; es hijo de su padre y como tal lleva el mismo apellido "Pérez". Son dos personas diferentes mas pertenecen a la misma familia. La hija es otra persona distinta, pero también es "Pérez". Los cuatro, pues, son una sola familia.. . ¡pero cuatro personas!
El cuerpo humano es uno, mas tiene muchos miembros: dos brazos, dos piernas, dos ojos, dos orejas, una nariz. En I Corintios 12:12-13 Dios compara la Iglesia, que es una sola, con el cuerpo humano: "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en UN CUERPO . . ." (la Iglesia).
Elohim no es dos ni tres ni muchos Dioses. Elohim es UN Dios, pero compuesto de mas de una persona divina. En realidad, ¡Elohim es una familia divina!
Usted, lector, ¿no se ha imaginado a Dios como una persona, como un solo ser?
El Dios único, llamado Elohim, o sea la familia divina, tiene una cabeza: aquel que llamamos el Padre. Su nombre es Dios. Jesús lo llamo "Padre". Es este el que la mayoría de nosotros tenemos en mente al pensar en el ser "Dios". Jesús fue su Hijo y, mediante la resurrección de entre los muertos, vino a ser su Hijo divino (Romanos 1:4). Jesús también es Dios (Juan 1:1; Hebreos 1:8).
Nótese cuan claramente esta revelada esta verdad.
Hablando del evangelio de Dios, el apóstol Pablo dice: "acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne" (Romanos 1:3). Es decir que según la carne, como ser humano, Jesús era el Hijo de David. Ahora pasemos al versículo 4: "que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos".
Analicemos lo que este pasaje dice: Jesús nació de una madre humana; fue hecho humano como cualquiera de nosotros. Aunque fue engendrado por Dios y no por un padre humano, era un hombre que podía morir. El hecho mismo de que Él fuera engendrado por Dios y concebido por una madre humana, demuestra que los seres humanos son de la especie divina y no de alguna especie animal. En el aspecto humano, Jesús era hijo o descendiente de David por su madre María.
Jesús, habiendo nacido una vez como ser humano, murió. Después, mediante una resurrección, nació por segunda vez, y esta segunda vez "fue declarado Hijo de Dios". Esta vez nació "con poder, según el Espíritu de santidad". Ahora eliminemos los términos descriptivos y veamos la afirmaci6n escueta: Jesús era "Hijo de Dios… por la resurrección de entre los muertos".
Aquí dice que nació por segunda vez y que este segundo nacimiento fue ¡por una resurrección!
Esto es exactamente lo que la Biblia llama "salvación", o ser salvo, cuando se refiere a la familia humana en general, porque nosotros también podemos nacer nuevamente mediante una resurrección.
Jesús nació como Hijo divino de Dios, con poder divino, por una resurrección. Él, quien había nacido como humano y que había muerto, nació otra vez, por medio de una resurrección, como miembro de la familia divina. Él es uno con Dios. Él es Dios mismo, así como Dios el Padre es Dios.
De la misma manera como el hijo de Pérez es "Pérez" al igual que su padre humano, nosotros somos humanos y los hijos que engendramos nacen humanos. Dios es divino, y Jesús, engendrado por Él, nació divino por medio de una resurrección.
Veamos lo que dice al respecto el primer capitulo de Hebreos: "Mas del Hijo [Jesús] dice [el Padre]: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo . . ." (versículo 8).
Jesús es Dios "por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:4).
Y Elohim dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" (Génesis 1:26), para que nosotros, los seres humanos, si somos engendrados por Dios, podamos, al igual que Jesús, ¡nacer dentro de la familia divina llamada Elohim!
Jesús nació una sola vez, como ser humano, de la virgen María. En ese momento naci6 hombre, descendiente de David, y como tal podía morir. Fue engendrado (no nacido, sino engendrado) por Dios de una manera singular, como no ha sido engendrado ningún otro hombre. En lo que respecta a su nacimiento humano, Jesús fue el único ser humano engendrado de esta manera. Por eso es el unigénito de Dios (ver Juan 3:16).
Pero edemas de esto, Jesús tuvo un engendramiento divino por medio del Espíritu Santo, desde el momento de su nacimiento humano, pare nacer de nuevo y así convertirse en el Hijo divino de Dios por la resurrección de entre los muertos (Romanos 1:4).
Siendo Jesucristo Dios mismo, desde su resurrección, fue el primero entre MUCHOS HERMANOS que naci6 así: ". . . para que él sea el primogénito entre muchos hermanos" (Romanos 8:29). Al llamarlo el primogénito entre muchos hermanos, la Biblia no puede estarse refiriendo a su nacimiento como ser humano en Belén.
Lo anterior no significa que Jesús fuese un pecador que necesitara ser salvo del pecado. El no peco, si bien fue tentado en todo como nosotros (Hebreos 4:15). El no murió para pagar por sus propios pecados, pues nunca cometió ninguno; antes bien, llevo sobre si los pecados NUESTROS. Murió para pagar NUESTRA pena de muerte, ¡en nuestro lugar!
Es correcto, entonces, decir que Jesús "nació de nuevo". Fue el "primogénito", no en calidad de ser humano sino como Dios, "por la resurrección".
Hemos demostrado, citando Romanos 1:4, que Jesús realmente nació otra vez, de Dios, por una resurrección de entre los muertos. Pero esto de ninguna manera quiere decir que Él necesitara la salvación como la necesitamos nosotros, sino que su resurrección hizo posible la salvaci6n nuestra. Abrió el paso para que nosotros también pudiésemos "nacer de nuevo", de Dios, por una resurrección, ¡lo mismo que Él! (Romanos 5:10).
Todo esto indica claramente por que Dios hizo al hombre según su propia imagen y no según alguna especie animal. Lo único que tenemos en común con los animales es el hecho de estar formados de materia. Tenemos, como ellos, una existencia temporal que se sustenta por el aire que respiramos, por la circulación de la sangre y por los alimentos y el agua que necesitamos ingerir.
Hemos nacido una vez, recibiendo esta vida física y pasajera. Pero nuestro es el glorioso potencial de nacer otra vez, tal como Jesús es hoy, convirtiéndonos en seres compuestos de espíritu. Nuestra existencia ya no será temporal ni física sino que tendremos vida inherente, ¡vida eterna!
El destino de cada ser humano es nacer de Dios, entrar en el reino de Dios, que es la familia divina.
¿Que
es el reino de Dios?
Comprendamos ahora el origen, el significado y el propósito del matrimonio.
Jesús nació una vez, como ser humano, de la virgen María. Fue humano a fin de que pudiera morir por nosotros (Hebreos 2:9) y murió por causa de nuestras transgresiones. No obstante, naci6 de nuevo, por una resurrección, como miembro de la familia de Dios, como Hijo de Dios investido de poder (Romanos 1:4).
Ahora bien, ¿qué se puede decir de nosotros, los seres humanos?
Jesús enseño que también nosotros podemos nacer en la familia de Dios, que es el reino de Dios. Esto se aclarara mas adelante.
La familia de Dios es al mismo tiempo el reino de Dios. Expliquemos. Elohim es la familia divina. Ahora bien, en Génesis 1:1 leemos: "En el principio creo Elohim..." La familia de Dios es la familia creadora y Dios reina sobre su creación. El bono de Dios en el cielo (Apocalipsis 3:21; Isaias 66:1) es la sede del gobierno del universo.
La familia de Dios es la familia que gobierna el universo. Es una familia reinante, gobernante. Por consiguiente, es un gobierno y como tal es también un reino: el reino supremo.
Cuando Jesús predico el reino de Dios, se refería a la familia de Dios y hablo de cómo NOSOTROS, los seres humanos, podemos nacer como miembros de ella, por medio de Cristo.
Jesús enseño: "El que no naciere
de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). Dios ES aquel reino.
Dios se compone de espíritu (Juan 4:24). Los humanos no pueden ver el espíritu. No podemos ver a Dios. Y como Dios es el reino de Dios, no hay ojo humano que pueda ver ese reino. (Ofrecemos a nuestros lectores un folleto que se titula El reino de Dios, ¿sabe usted que es? Como todas nuestras publicaciones, este importante folleto se envía gratis a quienes lo soliciten.)
Ahora continuemos leyendo: ". . .
el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios"
(Juan 3:5). Aquí Jesús esta diciendo que cuando nosotros nazcamos por segunda
vez, de Dios, podremos entrar en el reino de Dios. El reino es algo en lo cual
podemos entrar por un segundo nacimiento.
Podemos nacer como miembros de ese reino.
Luego, en los versículos 6 al 8, Jesús explica que nosotros nacimos de la carne, o materia, y por eso somos ahora carne material. Pero cuando nazcamos de nuevo, esta vez del espíritu (espíritu divino), entonces seremos espíritu como lo es Dios. Ya no seremos carne y hueso.
Antes de nacer como seres humanos, fuimos engendrados por un padre humano. Fuimos engendrados primero y luego nacimos. Hemos nacido una vez y podemos nacer otra vez. Empero, esa vez tendremos que ser engendrados por el Espíritu, es decir por Dios, a fin de NACER de Dios.
Es muy sencillo. En la Biblia esta muy claro. Lo extraño es que casi nadie lo entiende.
En la Fiesta de Pentecostés (llamada en el Antiguo Testamento la Fiesta de las Primicias o de las Semanas) poco después de la resurrección de Cristo y su ascensión al trono de Dios en el cielo, el apóstol Pablo dijo: "arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38).
Entonces el Espíritu Santo de
Dios, su propio Espíritu que procede de la persona misma del Padre, entra en
la mente del individuo pare morar en él. De esta manera se ha concebido la vida del Padre; la persona humana ha sido engendrada por el Padre.
Y luego, ¿qué?
"Y si el Espíritu de aquel que levanto de los muertos a Jesús [cuando Jesús nació de nuevo en la familia divina] mora en vosotros, el que levanto de los muertos a Cristo Jesús vivificara [resucitara] también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que more en vosotros" (Romanos 8:11).
El que así sea engendrado por Dios, por el Padre de la familia divina, y que tenga aquel Espíritu morando dentro de si, nacerá por segunda vez en la resurrecci6n. Nacerá de Dios, como miembro de la familia de Dios, lo mismo que Jesús. Ya no será humano ni estará compuesto de materia, de carne humana; antes bien, será espíritu como Dios es espíritu.
Una vez engendrado, y habiendo recibido el don del Espíritu de Dios, el individuo se convierte (siendo aun humano) en hijo de Dios: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios" (Romanos 8:14). "Pues . . . habéis recibido el espíritu de adopción [o mas correctamente, FILTACIÓN], por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo" (versículos 15-17).
Y también: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser [es decir, aun no podemos ver lo que seremos en la resurrección]; pero . . . seremos semejantes a el" (I Juan 3:2). Seremos como es Jesús ahora, y El ahora es espíritu. ¡Es Dios!
Nótese ahora lo que Dios revela por medio del apóstol Pablo. Dice que el reino de Dios es algo que podemos heredar, pero no mientras estemos en esta vida, no mientras seamos humanos, compuestos de carne y hueso. Como ya se explico, por ahora somos apenas HEREDEROS (¡siempre y cuando seamos de Cristo!). "Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios" (I Corintios 15:50). Jesús dijo que no podremos ver el reino de Dios (Juan 3:3) ni entrar en él (versículo 5) hasta que nazcamos de nuevo. Por lo tanto, mientras nos hallemos en la carne ¡no hemos nacido de nuevo!
¡Lea esto otra vez! Dios inspiro a Pablo a escribir que mientras seamos "carne y sangre" (es decir, humanos) no podremos heredar el reino de Dios. Jesús dijo que por ahora hemos "nacido de la carne" y que por lo tanto, ¡carne somos! Pero cuando nazcamos del espíritu, es decir, cuando nazcamos de Dios, entonces seremos espíritu; ya no seremos carne.
Este pasaje prueba claramente que nadie ha nacido de nuevo mientras sea humano. Por ahora somos herederos, somos hijos engendrados de Dios. Pero cuando NAZCAMOS de nuevo, entonces recibiremos el reino como herencia, es decir, entraremos en él. Así pues, nadie nace de nuevo mientras este en carne humana.
No obstante, los seres humanos, de carne y hueso, si pueden ser engendrados por Dios. No nacen espiritualmente todavía, pero si pueden ser engendrados como hijos de Dios. Así nos convertimos, desde ahora, en sus HEREDEROS (Gálatas 3:29; Romanos 8:14-17). Solo somos herederos por ahora, mas recibiremos la herencia cuando nazcamos del espíritu, ¡cuando seamos seres espirituales! Esto es, cuando entremos a formar parte de la familia de Dios.
Prosigamos en I Corintios 15, versículos 51-54. La manera como heredaremos el reino de Dios, entrando en él por un nuevo nacimiento como miembros de la familia divina, será mediante una resurrección o un cambio instantáneo de mortal en inmortal, de carne en espíritu, de humano en divino. Entonces, aun nuestros cuerpos viles se transformaran en espíritu como el cuerpo glorificado de Jesús (Filipenses 3:21).
Ahora, distingamos muy claramente entre dos cosas:
Jesús fue engendrado por Dios aun antes de nacer humanamente de la virgen María. En cambio, los demás seres humanos han sido engendrados por un padre humano. Además, Jesús fue engendrado espiritualmente como Hijo de Dios desde el momento de su concepción y desde su nacimiento humano, ¡mas nosotros no!
Jesús nunca peco ni necesito redención alguna. Nosotros si hemos pecado y necesitamos la redención. Por medio de Jesucristo podemos arrepentirnos y recibir el perdón. Podemos reconciliarnos con Dios por la muerte de Jesús ya que Él murió por nosotros, y por su vida (Romanos 5:10), es decir, por su resurrección, podemos recibir el Espíritu Santo de Dios que nos engendra como hijos de Dios, como herederos suyos que mas tarde naceremos de Él, para recibir entonces la herencia. . . para entrar en el reino, que es la familia divina. Cuando recibimos su Espíritu Santo somos engendrados como hijos suyos y podemos llamarlo Padre. (Para una explicación mas detallada y técnica de este importantísimo tema, solicite el folleto gratuito titulado ¿Qué significa "nacer de nuevo"?)
¡Que extraordinario misterio! ¡Que maravillosa verdad! ¿Por que no la ve el mundo . . . ni siquiera sus religiones o sus iglesias llamadas cristianas? La Biblia habla de ella continuamente. Es el mensaje de Jesús, de Pedro, de Pablo.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la institución del matrimonio?
¡Muchisimo! Es la razón misma por la cual se instituyo el matrimonio.
Si nosotros no hubiéramos sido creados a semejanza de Dios, con el destino de nacer como Dioses, como miembros de la familia divina, entonces la institución matrimonial, que nos brinda la experiencia de la vida de familia, no se habría establecido. Si nosotros fuéramos animales, producto de un proceso de evolución, el matrimonio no existiría.
No fueron los hombres quienes idearon, diseñaron o instituyeron la relación del matrimonio con su vida de familia y hogar. El matrimonio fue ordenado por Dios, no por el hombre, y esta regido por las leyes de Dios. Fuera de- estas leyes, a los ojos de Dios, el hombre no tiene jurisdicción sobre el matrimonio.
¡Dios es una familia! Su clase de vida, vida familiar, fue concedida exclusivamente a los seres humanos.
Dios es una familia que reina, que gobierna. Por lo tanto, Dios es un reino.
Jesús fue el Hijo de Dios. A1 gran ser supremo que es jefe de esa familia, El lo llamo "Padre". "Padre" es un titulo familiar que corresponde a la cabeza de la familia. La relación de padre-hijo es una relación de familia.
Cuando nosotros, seres humanos mortales compuestos por ahora de carne y hueso, recibimos el Espíritu Santo de Dios, Él implanta en nosotros su propia vida y nosotros le llamamos "Padre". Nos convertimos en sus hijos engendrados y se establece una relación de familia. Entonces se implanta en nosotros la "semilla" divina de la vida de Dios. Este Espíritu Santo dentro de nosotros nos va cambiando.
Es ridículo e insensato que los llamados cristianos se digan "hijos de Dios", se llamen unos a otros "hermanos en el Señor" y le digan a Dios "Padre", pare luego negar que Dios sea una familia y que nosotros podamos nacer dentro de esa familia, convirtiéndonos en espíritu como Él, ¡en seres divinos como Él es divino!
Es una gran necedad llamar "Padre" a Dios, decirse hijo suyo, afirmar que ya hemos "nacido de nuevo" y al mismo tiempo creer que siempre seremos una especie totalmente distinta y muy inferior al Padre y a Cristo.
Escogiera negar la enseñanza clara y sencilla de la Biblia para seguir las falsas enseñanzas de los falsos profetas, acogidas por la gran mesa llamada cristiana. Cuando un ciego dirige a otros ciegos, todos caen en el abismo de la ignorancia, la superstición y el engaño.
Ahora veamos algo mas.
¿Quién
es miembro de la Iglesia?
¿Quiénes son los reconocidos por Dios como miembros de su Iglesia?
Solamente los que sean de Cristo son herederos de Dios (Gálatas 3:29). El que nazca gentil puede convertirse espiritualmente en hijo de Abraham y en heredero, por medio de Cristo. Entonces, ¿quienes son de Cristo?
"Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él" (Romanos 8:9). Por lo tanto, únicamente los que tengan el Espíritu Santo de Dios morando dentro de si constituyen parte del cuerpo de Cristo, la verdadera Iglesia.
También leemos: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados [introducidos] en un cuerpo . . ." (I Corintios 12:13). ¿A que "cuerpo" se refiere? "Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles . . ." (versículos 27-28). El Espíritu Santo que entra en nosotros nos hace parte integrante de la Iglesia. La verdadera Iglesia es aquel cuerpo colectivo de miembros, cada uno con el Espíritu Santo morando dentro de sí.
En otras palabras, la verdadera Iglesia se compone de los individuos engendrados como hijos de Dios, los que son HEREDEROS, de Dios por medio de Cristo. Estos han entrado en la Iglesia pero todavía no han nacido como miembros de la familia divina o reino de Dios. A la venida de Cristo, la Iglesia de Dios se convertirá en el reino de Dios.
Entonces acontecerá algo mas, En el Nuevo Testamento la Iglesia es llamada la esposa de Cristo. Nótese la analogía: "Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia. . . a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa. . ." (Efesios 5:23, 27). Esto revela claramente que la relación esposo-esposa es análoga a la relación de Cristo y su Iglesia.
¿Cuándo tendrá lugar esta boda? Cristo ya ha nacido como Hijo divino de Dios mediante la resurrección. Él es Dios mismo, quien mantiene y sustenta todo el universo por la palabra de su poder (Hebreos 1:1-4). ¡La ha sido glorificado! Es el PRIMOGENITO entre muchos hermanos (Romanos 8:29). Nosotros, engendrados por Dios y que hoy somos sus herederos, seremos glorificados con Cristo (Romanos 8:17). Nuestros cuerpos viles de materia mortal y carnal serán transformados para ser como el cuerpo glorificado de Él (Filipenses 3:21).
Él presentara la Iglesia a sí mismo como una Iglesia gloriosa . . . cuando haya sido glorificada, o sea cambiada de materia en espíritu, de humana en divina.
¿Cuándo será esto? Cuando Él venga como Rey de reyes y Señor de señores pare establecer el reino de Dios sobre todas las naciones (Apocalipsis 19:11-16). La familia o reino de Dios gobernara entonces a todas las naciones.
Esto sucederá en el tiempo de la ultima trompeta, mencionado en la profecía del libro de Apocalipsis: "El séptimo ángel toco la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinara por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15).
Luego leemos: "Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos" (Apocalipsis 19:6-83. La Iglesia, o sea los santos, se le presenta como una Iglesia gloriosa (glorificada), sin mancha ni arruga.
El mismo pasaje continua: "Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero" (versículo 9). El "Cordero" es, desde luego, Jesucristo (Juan 1:29, 36; Apocalipsis 5:6).
¿Se
casara Cristo otra vez?
Entre Cristo y la antigua congregación de Israel hubo un matrimonio simbólico. El antiguo pacto fue un pacto de MATRTMONIO (Jeremías 3:14). Pero El se divorcio de Israel por causa de los adulterios que ella cometió (Jeremías 3:8), de acuerdo con las leyes que El mismo le había dado (Deuteronomio 24:1; Ezequiel 16:38). Israel fue, desde luego, la Iglesia del Antiguo Testamento (Hechos 7:38). Se llamaba la "congregación de Israel"; "congregación" e "iglesia" son sinónimos.
Ahora, quienes componen la verdadera Israel del Nuevo Testamento no son los inconversos descendientes físicos de Jacob sino los que son israelitas por gracia, por el Espíritu Santo, como se explica en Efesios 2:11-22 y en Romanos 11.
Aclaremos muy bien este punto. El apóstol Pablo dijo a los cristianos de Galacia que eran de nacimiento gentil: "Y si vosotros sois de Cristo [vosotros, cristianos de nacimiento gentil], ciertamente linaje de Abraham [Israel] sois, y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29). Ya hemos visto la prueba de que solamente son de Cristo aquellos en quienes mora el Espíritu Santo proveniente de Dios (Romanos 8:9). Estos son los israelitas, no por descendencia sino por gracia.
A los efesios de nacimiento gentil, Pablo escribió: "por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne . . . estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel . . . Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos [de la nación de Israel] habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo . . . Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:11-13, 19). El capitulo 11 de Romanos demuestra que, en sentido espiritual, la "Israel" de hoy es la Iglesia, compuesta de miembros que por nacimiento lo mismo pueden ser israelitas que gentiles. Los descendientes físicos de la antigua Israel, inconversos, están apartados por el pecado.
Aquel "matrimonio" del Antiguo Testamento terminó en el divorcio (Jeremías 3:8). Luego, hace 2.000 años aproximadamente, Jesucristo entro en el mundo en carne humana, murió y nació nuevamente mediante la resurrección. Nació divino, como Dios mismo. ¡Fue el primero de muchos hermanos en nacer así! Cuando los demás "hermanos" (los cristianos que hoy forman la verdadera Israel del Nuevo Testamento) hayan sido perfeccionados (Efesios 4:12-13) y resuciten al regreso de Cristo con gloria y poder, cuando de esta manera hayan nacido también de Dios y le sean presentados "sin mancha ni arruga", entonces ¡se casaran con Él!
¿Cuál será la situación entonces? La Iglesia transformada, convertida, será entonces el reino de Dios. Es decir, entrara en el reino; nacerá en él.
El Padre es la cabeza. Cristo es su Hijo. La Iglesia ha de convertirse en espíritu para ser la esposa de Cristo y al mismo tiempo sus miembros individuales serán hijos de Dios en la familia divina. ¡Se trata de una relación de familia!
Veamos algo más, Jesús describió estas bodas en la parábola de Mateo 95, que empieza así: "Entonces el reino de los cielos..." Marcos, Lucas y Juan emplean la expresión "reino de Dios". No es un reino "dentro" de Dios ni "dentro" del cielo, como tampoco un banco llamado "Banco de Morgan" es un banco dentro del Sr. Morgan. La palabra "de" indica posesión. El Sr. Morgan es dueño del banco. Dios es dueño del reino y gobierna sobre el desde el cielo.
"Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lamparas, salieron a recibir al esposo . . . Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!" Esto representa la llegada de Cristo y la ascensión de la Iglesia pare recibirlo en el aire. "Y las que estaban preparadas entraron con el a las bodas; y se cerro la puerta [dejando afuera a las demás]" (versículos 1, 6,10).
Las bodas de la Iglesia con el Cristo glorificado se mencionan también en Mateo 22:2 donde vemos, en una parábola, al Padre (Dios) como un rey que hace los preparativos para la boda de su Hijo.
Y luego, ¿qué? ¿Que objetivo tiene este matrimonio divino dentro de la familia misma de Dios?
En primer lugar, esto nos da una prueba adicional positiva de que el reino de Dios es una familia, con un Padre, un HIJO y la esposa de este. Quienes componen la Iglesia de Dios, engendrados como herederos, ya son hijos de Dios, si bien no han nacido, y a Él le llaman "Padre". Luego estos hijos engendrados de Dios nacerán como hijos Suyos. Seguirán siendo sus hijos como lo es Cristo, pero entonces serán divinos. Al mismo tiempo, nosotros (colectivamente) seremos la esposa de Cristo.
¿Por que? ¿Para que?
De esa unión divina nacerán muchos hijos espirituales. La familia divise, que es el reino de Dios, se ensanchara grandemente.
¿Como?
Durante los mil años que siguen a la boda, Dios, por medio de Cristo y su esposa divina, se dedicara a salvar al mundo.
Son muy pocos los que captan y entienden esta extraordinaria verdad. Dios no se ha propuesto salvar a todo el mundo ahora, como lo cree el mundo "cristiano" engañado por Satanás. Satanás esta obrando activamente hoy, aunque Cristo no se esfuerza por competir con el, como lo creen tantos en la cristiandad moderna.
La explicación detallada de lo anterior llenaría un folleto completo. Aquí daremos un breve resumen.
Dios ha fijado un plazo de 7.000 años para que se cumpla su designio en la tierra de acuerdo con su plan maestro.
Durante los primeros 6.000 años El se esta manteniendo "aislado" de los acontecimientos humanos, con la excepción de ciertas intervenciones limitadas. Llamo a sus profetas y levanto a su Iglesia como instrumento solo para que cumpliese cierta misión en el mundo.
Pero en general, Dios no ha intervenido en los asuntos del mundo ni en la vida de cada persona. Este mundo es de Satanás . . . y Dios ha permitido que así sea. Dios creo al ser humano con libre albedrío. Puso en vigor su ley inexorable que, si se obedece, trae paz, bendiciones y abundancia, pero que si se desobedece trae maldición. Obliga a los seres humanos a escoger: Cada uno debe escoger por si mismo, ya sea positivamente o por omisión. Dios ha puesto su verdad a nuestro alcance, pero no nos la ha "metido a la fuerza".
Cristo vino y fue sometido a la prueba máxima, siendo tentado por Satanás. Lo venció y al obedecer a Dios en esta severísima prueba se mostró apto para remplazar a Satanás como gobernante del mundo. Pero Jesús no tomo el gobierno en sus manos en ese momento. No subió al trono. Dios ha permitido que Satanás siga aplicándose a su obra nefasta de engañar al mundo.
Las iglesias que profesan a Cristo (pero que no le obedecen) han creído que Dios lleva mas de 1.900 años entregado a una competencia frenética. Creen que Dios esta luchando desesperadamente por "salvar a todo el mundo". Satanás, ferozmente y con toda astucia, estaría resistiendo a Dios y procurando "perder a todo el mundo". Esta vida, creen ellos, es el único "día de salvación". Si así fuera, Satanás se estaría mostrando mucho mas poderoso que Dios, por haber logrado que la enorme mayoría se quede "sin salvar". Lo que tal concepto nos presenta es a Satanás como vencedor sobre Dios.
Empero, el poder de Dios es supremo y su propósito se mantiene firme.
Jesús afirmo claramente: ". . . ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitare en el día postrero [por la resurrección]" (Juan 6:44).
Y agrego: ". . . ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre" (Juan 6:65). Cuando Cristo regrese a la tierra, vendrá con el poder arrollador y la gloria suprema de Dios Todopoderoso. Vendrá glorificado e investido de todo esplendor. Vendrá como Rey de reyes para deshacer todo gobierno de los hombres y establecer un gobierno mundial: el gobierno de Dios.
Vendrá ya coronado. Habrá sido
investido no de una sino de muchas diademas (Apocalipsis 19:12). Cristo fue al
cielo para que el Padre, gobernante del universo, le confiriese el gobierno de
todo el mundo. Uno de sus primeros actos será deponer a Satanás (Apocalipsis
20:1-3). Este ya no estará aquí para competir. Se habrán cumplido los 6.000 años
concedidos al hombre para que en ellos escribiera su historia de rebelión contra
las leyes y el gobierno de Dios. El hombre ha escrito esa historia con sangre,
horrores y sufrimiento.
Pero hasta hoy la humanidad no ha querido escuchar ni hacer caso de esa lección.
Sin embargo, eliminado Satanás, cuando el Cristo glorificado este reinando y se haya casado en una boda gloriosa con su esposa la Iglesia (los nacidos espiritualmente de Dios), entonces ese matrimonio engendrara millones de millones de hijos.
Entonces Cristo si se dedicara a salvar al mundo, esto es, a cambiar a cada ser humano mediante el proceso de conversión, de mortal en inmortal, de humano en divino.
Entonces el Padre, por su Espíritu, traerá a todos los hombres a Cristo. Pero no todos responderán. La parábola de Mateo 25:31-33, 41-46 revela claramente que Dios nos concedió libre albedrío y que debemos tomar nuestras propias decisiones. Entonces nadie estará obrando bajo engaño, como sucede hoy a las naciones (Apocalipsis 12:9; 20:3;17:2; 18:3). Entonces todos conocerán la verdad (Isaias 11:9). Todos serán llamados, atraídos por el Espíritu Santo de Dios, y si desean, se les otorgara el arrepentimiento.
Habitaremos todos un mundo gobernado por Cristo. Bajo su gobierno divino y sobrenatural la tierra se llenara de felicidad y abundancia. Los analfabetos recibirán educación; los mal educados serán reeducados; los tugurios, las barriadas, los lugares escuálidos y sucios serán remplazados por medios residenciales hermosos, ennoblecedores, saludables.
Todo el mundo conocerá los resultados infelices de 6.000 años del camino del hombre bajo la influencia de Satanás: el camino de la rebelión contra las leyes divinas. Todo el mundo vera la belleza, la prosperidad, la salud vigorosa y la alegría que surgirán cuando un gobierno haga cumplir las leyes de Dios. Todos sabrán que tienen acceso al don de la vida eterna.
Pero aun así, algunos (quizá muchos) se obstinaran en rebelarse. Rechazaran el camino de Dios, se negaran a arrepentirse, rehusaran venir a Dios por medio de Jesucristo como su Salvador. Pero han de ser la minoría porque en esa época la gran mayoría alcanzara la salvación y la vida eterna.
¿Cómo surgirán hijos de este matrimonio?
Algunos son llamados ahora, en esta época. Se arrepienten, reciben a Cristo como Salvador, se dejan guiar del Espíritu Santo y crecen en el camino cristiano. Estos no solamente participaran en las bodas de Cristo sino que también reinaran con Él (Apocalipsis 2:26-27; 3:21; I Corintios 6:2-3) y serán sacerdotes lo mismo que reyes (Apocalipsis 5:10; 20:6).
Los seres humanos mortales que permanezcan con vida serán gobernados e instruidos por Cristo y por los santos (quienes colectivamente forman la esposa de Cristo). Todos los que se arrepientan recibirán entonces el don del Espíritu Santo de Dios y también ellos alcanzaran la salvación y heredaran el reino de Dios.
Cuando Cristo, Rey sobre todas las naciones, se siente sobre el trono de su gloria, dirá a los convertidos: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino . . ." (Mateo 25:31-34). Así, ellos también nacerán de Dios, nacerán como miembros de la familia divina.
De esta manera, el matrimonio entre Cristo y la Iglesia convertida hará engendrar y nacer hijos divinos, hijos que durante el gobierno de mil años con Cristo nacerán como seres espirituales. Muy probablemente serán incontables millones. Sobre esto se puede leer en Isaias 11:10-13; Romanos 11:25-26 y muchos otros pasajes de las Sagradas Escrituras.
Por ultimo: ¡la estupenda verdad!
Captemos, pues, esta verdad sensacional. ¡Dios es una familia! . . . aunque los engañados por el dios de este mundo y sus falsos ministros encuentren muy difícil creerlo.
Dios es la familia creadora que gobierna sobre su obra creada. Por lo tanto, Dios también es un reino. Y en el hombre, Dios esta reproduciendo seres como Él (Génesis 1:26).
El matrimonio y la familia son relaciones en el plano divino.
El potencial del hombre, el propósito de la vida humana, es nacer en el reino de Dios, o sea ¡en la familia de Dios!
A lo largo de la historia, los filósofos:, los grandes pensadores, los sacerdotes, apartados de la revelación divina, han buscado en vano alguna razón pare la vida humana, algún propósito de nuestra existencia. Y la respuesta siempre ha estado allí, en la Palabra de Dios.
Los animales se reproducen pero no se casan. Ellos no disfrutan las bendiciones del hogar ni la vida de familia.
Los ángeles carecen de sexo (Mateo 22:30) y tampoco se casan.
De todas las formas de vida: plantas, animales y ángeles, a ninguna se le ha concedido esta relación matrimonial y familiar, la cual es una relación en el plano divino, excepto a los seres humanos que son herederos en potencia de la familia de Dios.
Dios es mas de una persona: Existe un solo Dios, pero aquel Dios es una familia compuesta por mas de una persona divina. El Padre es la cabeza, Jesucristo es el Hijo divino, y quienes se conviertan antes del retorno de Cristo, serán la esposa de Cristo. Los que después de esto se conviertan y sean transformados en seres inmortales durante el milenio, serán los hijos divinos de esa unión.
El estupendo potencial del hombre es tener parte en la vida familiar de Dios.
¡La grandiosa razón de la existencia del hombre es casarse con Cristo!
¡El matrimonio es cosa de Dios, es una institución divina!
El matrimonio es pare los seres humanos, y también para Dios, porque el hombre fue hecho a semejanza de Dios, ¡para llevar su imagen divina!
El matrimonio es una bendición sobrenatural profundamente sagrada. Una vez establecido el vinculo matrimonial, su abrogación (fuera de las claras y bien definidas normas bíblicas) es un pecado capital que impone la pena capital, el castigo eterno, ¡la muerte eterna! . . . a menos que las personas se arrepientan, abandonar ese pecado y reciban la salvación por la gracia de Dios mediante Jesucristo.
El matrimonio fue concedido a la humanidad a fin de prepararnos pare la vida eterna dentro de la familia divina de Dios.
Dos de los 10 mandamientos de la ley espiritual básica protege el estado matrimonial sagrado de manera especifica y directa.
De todas las bendiciones físicas en esta vida mortal, ninguna es mayor que un matrimonio feliz, basado en amor verdadero, respeto, sinceridad y fidelidad . . . y mas aun cuando hay hijos que cuidar, amar, enseñar y educar dentro de los caminos y las admoniciones del Señor Jesucristo.
¿Que dentro de poco tiempo el matrimonio será cosa del pasado? ¡Jamás!
Por el contrario, ¡los únicos humanos que existirán cuando el designio de Dios se haya cumplido en la sierra de acuerdo con su plan maestro, serán aquellos que fueron hechos inmortales y divinos y que vivirán para toda la eternidad dentro de la feliz y maravillosa unión familiar que es la vida del Dios vivo!
¿Puede usted, lector, captar esta extraordinaria verdad?
Hemos dado aquí la verdad mas grande, mas preciosa y valiosa que se pueda recibir.
De todas las formas de vida que
hay, solo el hombre puede nacer en la familia de Dios, que es el reino de
Dios. ¡Este fue el evangelio de Jesús!
La relación de familia es una relación en el plano divino.
Dios la concedió única y exclusivamente al hombre.
De todas las formas vivientes, sean plantas, animales o ángeles, solo el hombre fue creado pare el matrimonio, ¡para disfrutar las bendiciones del hogar y de la relación familiar!
El potencial del hombre, el propósito mismo de su existencia, es nacer de nuevo, nacer de Dios, nacer dentro de la familia de Dios y disfrutar pare siempre la dicha de la vida matrimonial y familiar.