por
Herbert W. Armstrong
¿Por
qué la humanidad no puede solucionar sus males?
Hoy,
las armas nucleares
amenazan
con exterminar al género humano.
¿Por
qué? ¿Qué sucederá?
¿POR QUÉ nos falta el
conocimiento necesario para resolver los problemas mundiales… y aun los nuestros
personales?
¿POR QUÉ?
Los científicos han
dicho: "Con conocimientos suficientes, podremos resolver todos los problemas y
borrar todos los males de la humanidad". En la década del 60, el Dr. Clark Kerr,
rector de la Universidad de California en Berkeley, afirmó que la universidad
moderna es una fábrica productora de conocimientos. En esa década, el acopio de
conocimientos del mundo se duplicó... ¡pero también se duplicaron los problemas!
Los nuevos conocimientos no generaron tales problemas, pero tampoco los
curaron.
¿POR QUÉ?
En los campos de la
ciencia moderna, la tecnología, la industria y el gobierno, el conocimiento ha
permitido alcanzar realizaciones impresionantes. Si hoy volviera a la vida
alguno de los grandes inventores e industriales del pasado, ¡quedaría admirado y
a la vez consternado al ver la inmoralidad, la violencia y los males que han
multiplicado la infelicidad y el sufrimiento del hombre! También le preocuparía
profundamente el saber que existen armas nucleares y otras armas de destrucción
masiva que amenazan con ¡borrar del globo a toda la humanidad
La producción de
conocimientos por parte del hombre lo ha llevado por el camino del descontento,
la infelicidad, la violencia, la guerra, el sufrimiento... ¡y ahora vemos muy
cerca el exterminio del hombre por el hombre!
¿CÓMO SE EXPLICA esta
paradoja de un progreso materialista admirable en medio de una decadencia humana
cada vez peor?
¿Cuál es la
explicación?
La humanidad se puede
comparar con un individuo que compró un instrumento técnico muy bien diseñado,
pero no pudo hacerlo funcionar porque no leyó el manual de instrucciones. La
mente y el cuerpo del ser humano son el mecanismo más perfecto y mejor diseñado
que jamás se haya hecho de materia física. Junto con este producto, nuestro
Hacedor envió su manual de instrucciones; pero este libro, el más difundido del
mundo, ha sido despreciado, tergiversado, desvirtuado e incomprendido como
ninguno.
Una causa para todo efecto
Para todo efecto tiene
que haber una CAUSA. ¿Cuál fue la CAUSA que dio origen a los problemas
aparentemente insolubles del mundo? Es una CAUSA que la ciencia moderna ha
pasado totalmente por alto. Se desconoce en los centros de educación superior,
la religión cristiana tradicional la ha mirado con ligereza y las demás
religiones ni siquiera la conocen.
La CAUSA de todos los
problemas en la vida de cada uno de nosotros hoy, y en el mundo en general,
tiene sus raíces en el incidente del fruto prohibido en el huerto del Edén. Se
remonta al comienzo mismo de la humanidad. Esto es algo que ni siquiera la
verdadera Iglesia de Dios entendió cabalmente hasta ahora.
¿Qué habría ocurrido si
Adán hubiera tomado del árbol de la vida? ¿Se lo ha preguntado usted, apreciado
lector?
¡Cuán diferentes
habrían sido las cosas! No tendríamos hoy gobiernos nacionales. No habría
establecimientos militares que consumen el tiempo de millones de soldados. Nada
de violencia y nada de guerras. Un sistema educativo totalmente distinto, y una
vida comercial muy diferente también. No habría industria del tabaco. No se
necesitarían médicos, enfermeras ni hospitales para tratar las innumerables
enfermedades que hoy nos aquejan. No habría fuerzas de policía, cárceles ni
prisiones. Millones de seres estarían libres para dedicarse a ocupaciones más
productivas y positivas. ¡IMAGÍNELO! ¡Usted lector, y yo, estaríamos viviendo en
un mundo ABSOLUTAMENTE DIFERENTE! No veríamos descontento, miseria ni vidas
sumidas en la frustración. Reinaría la paz entre naciones, grupos, familias e
individuos. Todo sería abundancia, y la vida de cada uno sería feliz, rebosante
de interés y de gozosa expectativa en espera de una maravillosa eternidad.
¿Suena imposible? ¿Por
qué? La situación actual obedece a una CAUSA, y de la misma manera habría una
CAUSA para aquel estado más feliz.
Esta comprensión de las
CAUSAS básicas se le ha escapado al hombre en su afán de producir conocimientos.
La ciencia moderna no la ha captado, y la educación no la ha reconocido. Las
religiones han permanecido en la ignorancia respecto de este misterio más
antiguo que la historia misma. Sin embargo, se halla fielmente transcrito y
conservado para los que deseen ENTENDER.
Veamos pues, en
detalle, qué fue lo que sucedió, qué produjo los actuales efectos en nuestra
vida y qué nos depara el futuro inmediato. El hecho que cambió el rumbo de su vida, lector, comenzó con el fruto
prohibido. ¡Es hora de que lo ENTIENDA!
La fuente de vida
Dios es la fuente de
toda vida, pero Él todavía no ha dado VIDA a la humanidad. Todo comenzó con
DIOS; sin embargo, ¡ninguna de las religiones de la tierra, ni siquiera el
cristianismo tradicional, sabe qué ni quién es Dios! Más aún, no saben que es el
hombre ni por qué existe. No
obstante, el Diseñador y Hacedor de este tan intrincado mecanismo qué llamamos HOMBRE, se revela en el
manual de instrucciones que Él mismo nos dio.
Cronológicamente, la
primera revelación de qué y quién es Dios aparece en Juan 1:1-4: "En el principio
era el Verbo". Este "Verbo" era una persona
con vida inherente y eterna. Era "sin padre, sin madre, sin
genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida" (Hebreos 7:3). El "Verbo era con
Dios"
(Juan 1:1). Dios era otro
ser o persona inmortal. "Y el Verbo era
Dios".
La persona llamada aquí "el Verbo" también era Dios. "Todas las cosas por él
fueron hechas... En él estaba la VIDA". El versículo 14 de ese mismo
capítulo nos dice que "aquel Verbo fue hecho carne,
y habitó entre nosotros". En otras palabras, se
convirtió, por nacimiento humano, en Jesucristo, y su padre fue Dios.
¿De qué se componía
Dios? "Dios es Espíritu" (Juan
4:24). No está compuesto de carne
mortal, materia de la tierra, sino de espíritu. Dios tiene VIDA inherente en Él.
Dios es la fuente de toda vida.
Ahora veamos la
descripción que de Él se hace en Génesis 1:1- "En el principio
creó Dios..." Moisés escribió estas
palabras en hebreo, y la palabra traducida como "Dios" es Elohim, que es un sustantivo plural como
lo son los sustantivos colectivos familia, iglesia o grupo. Dios es una familia
compuesta por más de una persona. Dios, o sea Elohim, estaba formado desde toda la
eternidad por dos personas espirituales: el Verbo y Dios. Juntos constituían un
solo Dios, pues el Verbo también era Dios.
En Génesis 1:26 Dios dijo:
"Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza". No dijo: "Haré al hombre a mi
imagen". Dios había creado los animales, cada cual según su género: el ganado
según sus diferentes especies y los elefantes según el género de los elefantes
(versículos
24-25). Pero creó al hombre a la
semejanza de Dios, es decir, en cuanto a su forma pero no en cuanto a su
composición. El versículo 7 del segundo
capítulo del Génesis nos dice que "el
Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente". En ninguna parte dice que el hombre
fuera hecho alma inmortal. El hombre, como los animales, fue hecho un ser
viviente, que respira. Su existencia física y temporal, como aquella de los
animales, proviene del aire y de la circulación de la sangre, y se mantiene por
los nutrimentos y el agua de la tierra.
Pero el hombre no es un
animal, sino que se distingue de éstos principalmente por dos cosas:
1) El hombre fue creado
según la forma de Dios. Miremos, por ejemplo, la mano humana. Dios tiene manos
(2 Crónicas
6:4). ¿Qué animal con patas,
cascos o garras podría elaborar un fino reloj? Le sería imposible, aunque
tuviera la mente del hombre, hacer lo que éste hace. ¿Podría un animal fabricar
una computadora?
2) El hombre está
dotado de una mente, el animal sólo de cerebro e instinto. El cerebro del animal
es casi idéntico al humano en su forma y aun en su calidad, pero la naturaleza y
el volumen de su producci6n difieren inmensamente. El cerebro del animal está
dotado de instinto; el del humano, de poder MENTAL.
¿Ha visto el lector un
ternero recién nacido? A los dos minutos de nacido, ya está en pie y caminando.
Sabe adónde ir por su comida, y sabe mamar la leche. La vaca simplemente se
queda quieta esperando que el ternero tome su alimento.
Comparemos esto con el
ser humano. El bebé recién nacido es totalmente desvalido. Tomará casi un año
para que pueda caminar… ¡y tendrá que aprender! Necesitará de su madre para
que lo cuide, lo atienda en todo y le enseñe poco a poco. Pero el niño tiene
poder MENTAL. Cuando nace, su mente no tiene conocimiento ni instinto; el ser
humano tiene que guiarse por medio de la MENTE en vez del instinto, y su mente
tiene que recibir CONOCIMIENTO.
Las necesidades del hombre y las del animal
Los animales tienen un
cerebro dotado de instinto. El hombre no; el hombre tiene una MENTE casi sin
instinto. La mente del hombre, con el
CONOCIMIENTO que adquiere, debe pensar y dirigir sus acciones.
El HOMBRE, fue ideado
para que necesitara CONOCIMIENTO a fin de llevar sus relaciones en dos sentidos:
1) para obrar con la materia y las cosas, y 2) para relacionarse estrechamente
con Dios y también con su prójimo.
Cuando Dios creó al
hombre, lo dotó de una mente capaz de obrar con la materia y los objetos. En
este sentido, el hombre ha hecho prodigios. En cambio, su relación con Dios y
con otros seres humanos es de índole ESPIRITUAL. ¡El hombre jamás ha comprendido
esto! Adán no lo comprendió; tampoco lo entienden los hombres más ilustrados de
nuestros días.
El hombre tiene dentro
de sí, desde su nacimiento, un espíritu (en forma de esencia) que imparte
intelecto a su cerebro (intelecto limitado al campo de lo material). Pero le
hace falta otro espíritu: el de su
Hacedor, es decir el Espíritu Santo, sin el cual su mente está incompleta. Así
como el recién nacido no puede valerse por sí mismo, sino que necesita los
cuidados de sus padres, también el adulto es incapaz de estar en armonía con su
prójimo y con su Dios. Necesita la guía espiritual, el conocimiento y la ayuda
que provienen de su Dios; sin esto, ¡el hombre es tan incapaz de resolver sus
problemas y dificultades como el recién nacido en brazos de su madre! Pero el
hombre nunca lo ha comprendido así. Se ha sentido orgulloso de sí, y confiando
en su propia capacidad, ha optado por andar solo, sin Dios. ¡Y se ha acarreado
un mundo de problemas!
Consideremos ahora las
diferencias entre el cerebro humano y el animal.
¿En qué difiere la
MENTE humana del cerebro animal? Físicamente, el cerebro del hombre no es
superior, excepto en muy pequeño grado. Pero en el hombre hay un espíritu
(Job 32:8), y no así en los
animales. El hombre no es espíritu sino materia del suelo. La esencia espiritual
en el hombre entra en él con su primer aliento. Tal espíritu no es el hombre
sino algo dentro de él. Si alguien
tragara un objeto pequeño, el objeto estaría dentro de él pero no sería la persona en
sí ni formaría parte de su ser. El espíritu no ve ni oye ni piensa. Es el
cerebro físico el que ve por medio del ojo, y oye por medio del oído. Por lo
tanto, el conocimiento solamente puede llegar al cerebro humano por medio de los
cinco sentidos. El hombre por naturaleza puede captar SOLAMENTE el conocimiento
físico o material.
Empero, el hombre fue
creado para que necesitara otro espíritu: el Espíritu de Dios. Éste se le
ofreció libremente a Adán si escogía el árbol de la VIDA. En tal caso, el
Espíritu proveniente de Dios le habría dado al hombre contacto con su Hacedor;
le habría abierto la mente para comprender las cosas espirituales, además de las
físicas y materiales. Sin el Espíritu de Dios adicionado al espíritu humano, el
hombre se halla limitado al
conocimiento material; tiene una mente incompleta; puede saber únicamente lo
que ve, toca, oye, huele o saborea.
De nuevo preguntemos:
¿Qué habría sucedido si Adán hubiera
tomado del árbol de la vida? Adán fue hecho del polvo; su existencia era apenas
físico y química… algo pasajero. No tenía VIDA. Como un reloj cuya cuerda se va
acabando, Adán se acercaba más a la muerte con cada aliento que tomaba. En todo
momento, entre Adán y la muerte sólo mediaba su hálito de vida. Y lo mismo se
puede decir de cada uno de nosotros.
Fue el Dios Creador
quien le ofreci6 el don gratuito de la VIDA. Ahora bien, ¿cómo es que Dios
imparte ese don de vida al hombre?
Por su Espíritu
Dios no le habría
otorgado la vida a Adán en forma distinta de como la otorga a sus llamados hoy,
porque Dios es el MISMO ayer, hoy y siempre (Hebreos 13:8).
El Todopoderoso imparte
la VIDA por medio de su Espíritu, pero cuando un ser humano recibe el Espíritu
Santo, ha sido apenas engendrado, concebido por Dios como heredero, pero aún no
ha recibido la herencia de vida eterna. El Espíritu de Dios "da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios" (Romanos
8:16-17).
El Espíritu de Dios en
el ser humano le abre la MENTE para que comprenda el conocimiento espiritual.
Pero mientras esto no suceda, el conocimiento y la comprensión de las cosas
espirituales son "cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, ni han subido en corazón de hombre" (1 Corintios
2:9). "Pero Dios nos las
reveló
[las cosas espirituales] a nosotros por el
Espíritu" (versículo 10). Porque
(versículo 11) nadie tiene
conocimiento material y humano salvo por el espíritu del hombre que hay en él.
Esta esencia espiritual en el hombre imparte el intelecto al cerebro humano: le
da la facultad MENTAL. En esto el cerebro humano difiere del animal.
Pero la mente del
hombre está INCOMPLETA hasta que Él reciba el segundo espíritu: el de Dios. Sus
conocimientos se limitan a lo físico y material. ¡En tal estado fue creado Adán!
¡En tal estado nació USTED!
El Espíritu de Dios en
el hombre revela el conocimiento espiritual: la ley espiritual de Dios, el
CAMINO DE VIDA que CAUSA la paz, la felicidad y todos los buenos resultados.
Existen, en términos generales, DOS caminos o modos de vida, representados por
los dos árboles en el huerto del Edén. El uno es de AMOR altruista (que es la
ley espiritual de Dios). Para mayor brevedad y sencillez, lo llamo el camino del
"DAR". El otro es el camino del "OBTENER". Éstos son los dos modos de vida
divergentes, los cuales llevan en direcciones contrarias y ¡producen efectos
contrarios!
El AMOR es el
cumplimiento de la ley de Dios (Romanos 13:10) y ésta solamente
se puede cumplir mediante el "amor de Dios… derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5). El Espíritu de
Dios imparte la fe de Cristo
(Gálatas 2:16) para que podamos
confiar en Dios sabiendo que Él nos dará ayuda y guía y nos salvará de nuestras
dificultades. Porque MUCHAS son las aflicciones, aun del justo, pero de todas
ellas lo salva el Eterno (Salmos
34:19). Dios sabía que el HOMBRE, o
sea Adán y su familia, todo el mundo, necesitaría esa ayuda divina en tiempos de
dificultad.
¿Qué significaba, pues,
el árbol de la vida? Representaba el DON gratuito de Dios, el cual es VIDA
inmortal, autónoma, de composición espiritual, tal como la vida que tiene Dios
mismo (el Verbo y Dios). Esa vida se la habría otorgado a Adán tal como se
ofrece hoy a los llamados de Dios: por medio de su Espíritu. Pero Dios no
imparte instantáneamente esa vida inmortal y espiritual. Primero la persona es
engendrada, concebida como heredera.
Tomemos nota de esto.
¡Es algo que nunca antes se había comprendido! Tal como es necesario que el ser
humano mortal sea engendrado y nazca después de cumplir un período de gestación,
así los seres humanos pueden nacer de Dios.
Dios se reproduce a sí mismo
¡COMPRENDÁMOSLO! Dios
se está reproduciendo en el hombre. Hizo la reproducción humana como un reflejo
o analogía de su reproducción divina.
¿Cómo nació usted? ¡Esto es importante
para USTED! Primero había un diminuto óvulo que, desprendiéndose del ovario
materno, pasó por la trompa de Falopio y se dirigió al útero. El óvulo sin
fecundar sólo puede existir corto tiempo: menos de 28 días. Si en ese lapso no
hubiera recibido un espermatozoide proveniente del padre, no habría llegado a
formar un nuevo ser. Pero el padre humano impartió vida física a aquel diminuto óvulo.
De la misma manera, es
preciso que Dios, el Padre espiritual, nos imparta vida espiritual para que podamos nacer de
nuevo. De hecho, toda persona es un óvulo, en sentido espiritual. Así como fue
engendrada en el vientre de su madre para convertirse en embrión, también debe
ser engendrada espiritualmente por Dios. Usted tuvo que crecer físicamente,
siendo alimentado por medio de su madre y protegido por ella contra daños
físicos. De igual manera, los engendrados por medio del Espíritu deben crecer
espiritualmente, en la gracia y el CONOCIMIENTO de Cristo (2 Pedro 3:18). Al cabo de
cuatro meses, usted comenzó a tomar forma humana y se le llamó un feto. Aún le
quedaban cinco meses para seguir creciendo y desarrollándose hasta que estuviera
listo para nacer.
Ahora comparemos este
proceso de reproducción humana con la reproducción divina de Dios. La Iglesia es
"madre de todos
nosotros" (Gálatas 4:26), los que somos
miembros de la Iglesia. A ella le corresponde alimentar a los hijos de Dios con
la Palabra espiritual de Él y protegerlos contra el daño espiritual. Las
personas así engendradas ya son "hijos de Dios", engendrados aunque
no nacidos, herederos aunque todavía no han recibido la herencia (ver Romanos
8:16-17).
Adán habría recibido el
CONOCIMIENTO espiritual dado por Dios si en vez de tomar del fruto prohibido
hubiera tomado del árbol de la VIDA. Dios le habría dado el conocimiento
necesario para resolver sus problemas, al igual que la FE necesaria para recibir
ayuda y salvarse de sus dificultades.
Pensemos en lo que
necesitaba Adán. Necesitaba primero dos clases de CONOCIMIENTO. Por una parte,
necesitaba captar el conocimiento material para poder hacer COSAS de la materia
y obrar con lo físico. Dios le dio la capacidad de adquirir tal conocimiento con
su MENTE material.
Pero también necesitaba
tener contacto con Dios y con otros seres humanos, y para ello era necesario que
tuviera ¡CONOCIMIENTO ESPIRITUAL! Adán no fue creado con tal conocimiento. Nosotros tampoco nacimos con él. Es un
conocimiento que solamente se puede impartir por medio del Espíritu de
Dios.
Cómo nos afecta el fruto prohibido
¿Qué decir ahora de
aquel otro árbol en el huerto del Edén? Aun hoy, su impacto sobre nuestra vida
es enorme.
Este árbol también
representaba el CONOCIMIENTO. Mientras el árbol de la VIDA representaba el
conocimiento que llevaría a la vida eterna en reemplazo de esta existencia
temporal, el árbol prohibido representaba el CONOCIMIENTO que conduce a la
MUERTE, ¡a la terminación aun de la existencia física y temporal!
Cuando Adán tomó del
fruto prohibido, tomó para sí la
facultad de producir conocimiento del bien y del mal. Se apropió la prerrogativa
de decidir lo que es bueno y lo que
es malo, lo que es correcto e incorrecto, lo que es justicia y lo que es pecado.
También se apropió el CONOCIMTENTO del camino de vida que causaría el bien o que causaría el mal.
Al hacerlo, rechazó el
conocimiento espiritual revelado por
Dios y DESOBEDECIÓ A DIOS. ¡Rechazó el GOBIERNO DE DIOS! Si Adán hubiera
escogido el árbol de la VIDA, habría podido restablecer el GOBIERNO DE DIOS que
antes había sido anulado por Satanás, el antiguo Lucero.
En este punto, entra
Satanás a intervenir con el hombre. Se le apareció a Eva en forma de serpiente
(Apocalipsis
12:9) y logró desviar a Adán por
medio de su esposa. ¿De dónde vino Satanás? ¿Acaso Dios cre6 un diablo maligno
deliberadamente? ¡Desde luego que no!
Satanás fue creado
originalmente como un gran arcángel, el querubín llamado Lucero, que fue
perfecto en sus caminos desde el día de su creación (Ezequiel
28:15). Dios lo colocó en el trono
de la tierra para reinar sobre ella (Isaías
14:12-14). Lucero gobernó sobre los
ángeles que entonces habitaban la tierra, pero los condujo a rebelarse contra el
gobierno de Dios (2 Pedro 2:4). Los ángeles son
seres inmortales compuestos de espíritu. La rebelión de Satanás puso fin a la
administración del gobierno de Dios, pero ¡Satanás siguió ocupando EL TRONO DE
LA TIERRA!
¿Qué fue lo que
entonces ocurrió en el huerto del Edén para causar un impacto tan enorme sobre
la vida nuestra? Dios había hablado (predicado) a Adán y Eva en lo que hoy se
llamaría noche del viernes y todo el día sábado, pero el domingo por la mañana,
Satanás llegó a Adán por intermedio de su esposa.
Dios había dicho
claramente que si tomaban del fruto prohibido, el resultado sería la PENA DE
MUERTE. Había dicho: "Ciertamente
MORIRÁS" por desobedecer. En cambio,
Satanás dijo: "ciertamente NO morirás", o en otras palabras: "Eres alma
inmortal". Eva tomó del fruto prohibido bajo engaño, mas ADÁN NO FUE ENGAÑADO
(1 Timoteo
2:14).
¡ADÁN NO LE CREYÓ A
DIOS! Creyó a Satanás, y desde entonces la humanidad ha dudado de Dios y ha
creído a Satanás. Cuando Cristo vino en la carne, predicó el reino de Dios a
muchos millares. ¡Era DIOS MISMO, en la carne! Pero solamente alrededor de 120
personas le creyeron (Hechos
1:15).
¿Qué había
ocurrido?
Adán, tomando una
decisión en nombre de toda su familia (la humanidad), optó por no creerle a
Dios. Le desobedeció, rechazó el conocimiento revelado y la vida eterna (el
árbol de la VIDA), y se apropió la facultad de producir conocimiento con su
mente carnal LIMITADA al conocimiento de lo físico y material. Tenía una MENTE
INCOMPLETA. Tomó la decisión que lo restringió al conocimiento de lo físico y
material. Había rechazado el conocimiento espiritual que le permitiría
establecer una feliz relación con Dios y con el prójimo. ¡Había rechazado la
VIDA eterna!
¡Adán había PECADO!
Había desobedecido la orden explícita de su Hacedor. Había rechazado el AMOR y
el GOBIERNO de Dios.
Entonces, ¿qué hizo
Dios?
"Y
dijo el Eterno Dios… ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del
árbol de la vida, y coma, y viva para siempre… Echó, pues, fuera al hombre, y
puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se
revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la
vida"
(Génesis
3:22-24).
Dios CORTÓ EL PASO al
árbol de la VIDA. Impidió el acceso a su Espíritu Santo hasta la llegada del
segundo Adán: Jesucristo.
¿POR QUÉ lo hizo? ¿POR
QUÉ le negó su Espíritu Santo al hombre hasta el tiempo de Cristo? ¡ESTO NO SE
HA ENTENDIDO JAMÁS!
En primer lugar, no se
ha comprendido que Dios negó su Espíritu Santo a la humanidad. Debemos entender claramente que Dios
negó ese acceso HASTA LA VENIDA DE CRISTO, el SEGUNDO ADÁN, quien hubo de pagar
la pena de muerte por nosotros.
ENTIÉNDASE BIEN: El
Espíritu Santo y el don de vida eterna no se ofrecieron a los hijos de Adán. Ni
siquiera se ofrecieron al pueblo llamado y escogido por Dios, la antigua Israel,
excepción hecha de sus profetas, quienes eran parte del fundamento de la Iglesia
del Nuevo Testamento (Efesios
2:20).
Por lo tanto, todos los
hombres nacieron con mente carnal, ¡limitada al CONOCIMIENTO MATERIAL! Y la
mente carnal es HOSTIL a Dios y no se sujeta a la ley de Dios (Romanos 8:7).
Las personas no
entienden que su mente natural es HOSTIL a Dios; no quieren saber nada de Dios,
pues las cosas de Él son insensatez para ellas. Quienes han sido inoculados con
la educación superior (CONOCIMIENTO HUMANO) se sienten superiores y en su
vanidad desprecian las cosas y el conocimiento de DIOS.
¿POR QUÉ? Sí, ¿POR QUÉ la humanidad fue apartada de
Dios durante TANTO TIEMPO? ¿POR QUÉ hubo de esperar unos 4.000 años hasta que
viniera el segundo Adán (Cristo)? Y ¿POR QUÉ, aun después de Cristo, son
llamados sólo unos POCOS predestinados?
Lo que Dios está creando
Pocos saben QUÉ es lo
que Dios está creando. La ocupación de Dios es crear, pero ¿qué crea? ¡Está
creando un CARÁCTER espiritual, justo y perfecto en los seres que Él hizo!
Tal carácter no se
puede crear instantáneamente, por fíat… ni siquiera Dios puede hacerlo así. ¿POR
QUÉ? Porque para que haya carácter divino y perfecto es necesario que la entidad
creada decida aceptar y aplicar la voluntad de Dios, muchas veces contra los
deseos o la voluntad propia. ¡Éste es un proceso que toma tiempo!
Nosotros juzgamos y
evaluamos las cosas por medio de la comparación. Dios quiso que los hombres
experimentaran durante 6.000 años los frutos del camino escogido por ellos, y
que luego compararan tan lamentables resultados con el sano alborozo y la vida
de inspiración que habrá en el próximo milenio, una vez que Satanás haya sido
expulsado y que Cristo gobierne las naciones con sus santos convertidos en seres
inmortales, y cuando el conocimiento de Dios llene el globo como las aguas
llenan el mar.
Con Dios, mil años son
como un día y un día como mil años (2 Pedro 3:8). Los seis días de
que habla el primer
capítulo del Génesis fueron reflejo de
los seis días mileniales del hombre, desorientado por Satanás. El próximo día
milenial esta representado por el sábado, el séptimo día.
Al llevar a cabo su
plan maestro aquí en la tierra (el cual consiste en reproducirse a sí mismo en
el hombre), Dios está cumpliendo el prodigio más grande que aun Él pueda
realizar… ¡y lo está haciendo por medio de cada uno de nosotros!
Vida por el segundo Adán
La existencia temporal
y física vino por Adán, pero la VIDA eterna, inherente y autónoma vino por
Jesucristo, el segundo Adán.
Adán pecó, y
"la
paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús,
Señor nuestro" (Romanos 6:23).
¿Será simple
coincidencia que así como el sol trajo la luz del día a las tinieblas de la
noche, en el cuarto día de "la semana de creación", Cristo trajo la luz de la
verdad después de 4.000 años de oscuridad? En Él había luz, pero la mayoría
¡siguió amando las tinieblas!
Jesús dijo:
"Edificaré mi iglesia; y las
puertas del Hades [el sepulcro] no prevalecerán
contra ella" (Mateo 16:18). La Iglesia
constituye apenas las primicias de la salvación de Dios.
Jesús dijo claramente:
"NINGUNO PUEDE venir a mí, si
el Padre que me envió no le trajere" (Juan 6:44), pero estaba
hablando de los POCOS predestinados, llamados durante la era de la Iglesia
(Efesios
1:11-12).
El profeta Joel había
predicho: "Y después de esto derramaré
mi Espíritu sobre toda carne" (Joel 2:28), y el apóstol
Pedro citó este pasaje explicando que se había cumplido en forma preliminar el
día en que se fundó la Iglesia (Hechos
2:16-17).
Tomemos nota de este
versículo clave. Pedro había citado la profecía de Joel, la cual se estaba
cumpliendo en forma preliminar aquel mismo día de Pentecostés, cuando se fundó
la Iglesia. Los que Dios había llamado a ese lugar le preguntaron a Pedro: "¿Qué
haremos?" y él respondió: "Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para
vuestros hijos… para cuantos el Señor nuestro Dios llamare" (Hechos
2:38-39). Durante esta era de la
Iglesia, solamente pueden venir a Cristo aquellos que el Padre llame y traiga.
Ésta es una VERDAD
BÁSICA en el plan maestro que Dios tiene para redimir al hombre... para
REPRODUCIRSE A SÍ MISMO. Y muy pocos, poquísimos, son los que la entienden.
Cuando Adán pecó, se
aisló de Dios. Y Dios lo aisl6 del Espíritu Santo, lo mismo que a sus
hijos.
Y ENTONCES ¿QUÉ?
Dios puso en marcha un
plan maestro para redimir a la humanidad pecadora. El pecado entró en el mundo
por Adán, y todos han pecado.
El juicio trae salvación
Dios, pues, señaló un
tiempo de JUICIO durante el cual los seres humanos serán llamados a cuenta por
sus pecados, ¡PERO TAMBIÉN SE LES OFRECERÁ LA REMISIÓN DE LOS PECADOS, LA
RECONCILIACIÓN CON DIOS Y EL DON DE LA VIDA ETERNA cuando se arrepientan y
crean!
Léase el párrafo
anterior de nuevo, ¡una y otra vez!
¡COMPRENDÁMOSLO! La
PENA por el pecado es la segunda
muerte del hombre: "Está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Y también:
"Como
en Adán todos mueren [la primera muerte],
también en Cristo
todos
[los que murieron en Adán] serán vivificados. Pero cada
uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en
su venida. Luego…" (1 Corintios
15:22-23). Sí, luego, mil años
después, tendrá lugar el juicio (Apocalipsis
20:11-12).
Son relativamente
POCOS, los predestinados al juicio y la salvación durante la era de la Iglesia
(Efesios
1:11-12). Estos son las "primicias"
de la salvación.
¿POR QUÉ? ¿Cuál era el
propósito de llamar a unos cuantos entre mil y tres mil años antes del juicio de
la MAYORÍA? El objeto era preparar espiritualmente a un pueblo para el reino de
Dios, para la FAMILIA de Dios, para que reine con Cristo durante el milenio y
aun después, ayudando a redimir a los múltiples millones de seres que hayan
vivido desde Adán, los cuales serán resucitados después del milenio para su juicio y salvación.
Existe esta DIFERENCIA:
Aquellos llamados, engendrados y desarrollados espiritualmente por medio de la
Iglesia, ¡tienen que VENCER A SATANÁS! Satanás sigue ocupando el trono de la
tierra, pero cuando Cristo venga y los santos resucitados estén gobernando con
Él en el reino (la FAMILIA) de Dios, Satanás habrá sido quitado. Los que sean
llamados entonces, y en el tiempo del gran juicio después del milenio, ¡no
tendrán que vencer a Satanás ni al mundo engañado por él!
Por lo tanto,
comprendamos que el juicio y la oportunidad de salvación han comenzado con
Cristo. Pedro escribió a la Iglesia: "Es tiempo de que el juicio
comience por la casa de Dios" (1 Pedro 4:17).
Ahora Dios está
llamando a POCOS a su Iglesia; los demás NO PUEDEN venir a Cristo AHORA
(Juan 6:44). Jesús no vino,
ciertamente, en una cruzada para "salvar almas". Nunca le pidió a nadie que le
"entregara su corazón". No le pidió a nadie que lo aceptara y fuera salvo. En el
pozo de Jacob en Samaria, una mujer gentil le pidió el Espíritu Santo, que Él
había descrito para ella como aguas vivas. Entonces Jesús mostró que conocía sus
pecados, pero no le ofreció la salvación (Juan 4:15-18), si bien Dios
había traído a algunos en Samaria que creyeron en Cristo (versículos
39-42).
Nótese lo que dice
Cristo respecto de aquellos que Dios el Padre ha llamado para reconciliarlos con
Él, mediante Jesucristo, en esta era de la Iglesia:
"Al
que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono” en Jerusalén (Apocalipsis
3:21); y también: "Al que venciere y
guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las
regirá…" (Apocalipsis
2:26-27).
Estas palabras se
refieren solamente a los de la
Iglesia en el tiempo antes del establecimiento del reino de Dios. Quienes son
llamados ahora tienen que vencer a Satanás y su mundo, mas no así los llamados
durante el milenio y en el período de juicio después, porque Satanás ya no
estará y el mundo no estará bajo su engaño, sino que será tan lleno del
conocimiento de Dios como las aguas cubren el mar (Isaías 11:9).
Algunos preguntarán: ¿Y
qué de quien realmente desea la salvación, desea creer en Cristo y está
dispuesto a arrepentirse, salir de este mundo y ser guiado por el Espíritu de
Dios en una verdadera vida cristiana? Respuesta: Aquél ha sido llamado por Dios,
pues de lo contrario no tendría semejante deseo. Sin embargo, la mayoría de
quienes creen pertenecer a esta categoría han seguido un evangelio falso y han
sido engañados por falsas enseñanzas. Son MILLONES los que profesan ser
cristianos pero están bajo ese engaño. De ellos dijo Jesús: "En vano me
honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres… dejando el mandamiento
de Dios" (Marcos 7:7-8).
Ellas resumen el plan
maestro de Dios para redimir a la humanidad. El plan comienza con Cristo, y la
primera fiesta es la Pascua, que nos recuerda cada año el sacrificio de Cristo y
la sangre que Él derramó para la remisión de los pecados de los hijos carnales
de Adán.
La segunda fiesta es la
de los Panes sin Levadura: siete días de los cuales el primero y el último son
sábados anuales, es decir, días santos de guardar. Siendo siete el número de
Dios que denota totalidad, esos días representan el proceso de abandonar
totalmente el pecado o de llevar una vida de vencedor.
La tercera es la Fiesta
de las Primicias, llamada en el Nuevo Testamento Pentecostés porque ocurría 50
días después de cortar la gavilla de trigo durante los Días de Panes sin
Levadura. Ése fue el día en que se fundó la Iglesia. En ese día, POR PRIMERA VEZ
DESDE QUE DIOS cortó el acceso a su Espíritu Santo (Génesis
3:22-24), se lo dio a quienes había
llamado. La Iglesia es las primicias de la salvación de Dios, y por eso la
fiesta recibe tal nombre.
La cuarta es la Fiesta
de las Trompetas, que se celebra el primer día del séptimo mes según el
calendario sagrado (septiembre/octubre según el nuestro) y que representa la
segunda venida de Cristo.
La quinta fiesta es el
Día de la Expiación, el décimo día del séptimo mes. Representa cómo Satanás es
expulsado, pues Cristo, quien cumplió los requisitos para restablecer el
gobierno de Dios (Hechos
3:19-21) se establecerá en su trono
en Jerusalén. Este día representa cómo el hombre será hecho UNO con Dios por
medio de Jesucristo.
La sexta es la Fiesta
de los Tabernáculos, que dura siete días y representa el gobierno de mil años
bajo Cristo y los santos resucitados. Durante ese milenio, el ÁRBOL DE LA VIDA
estará disponible para TODOS los que se arrepientan y crean.
La séptima fiesta es el
Último Gran Día, enseguida de los siete que acabamos de mencionar. Ésta
representa el juicio ante el gran trono blanco. Entonces resucitaran para juicio
todos los que hayan vivido desde los tiempos de Adán y que no han sido llamados
en esta vida. Entonces se abrirá el libro de la VIDA (Apocalipsis
20:11-12).
Luego vendrá la
resurrección de quienes fueron llamados pero se rebelaron deliberadamente y
rechazaron el llamamiento de Dios. La superficie terrestre se convertirá en un
lago de fuego. Los demás se habrán convertido ya en seres espirituales
inmortales, hijos de Dios, de manera que el fuego no los afectara. Bajo sus pies
los condenados ser convertirán en cenizas (Malaquías 4:3), serán como si
nunca hubiesen existido (Abdías
16).
¿Es esto una muestra de
crueldad divina? ¿Es Dios injusto? ¡JAMÁS! Dios es AMOR, y este es el final más
bondadoso y misericordioso para quienes rechazaron por rebeldía egoísta el don
de VIDA que se les ofrecía gratuitamente. Pienso que serán pocos los que sin la
influencia de Satanás, terminen por rebelarse.
El increíble potencial humano
¡Cuán admirable e
increíble es el potencial humano! El mundo ignora ese PROPÓSITO glorioso y
maravilloso que Dios está cumpliendo en la vida de los seres humanos compuestos
del polvo de la tierra.
¡El Todopoderoso SE
ESTÁ REPRODUCIENDO en nosotros! Está tomando materia del suelo y la está
convirtiendo en seres humanos con existencia temporal. A los que estén
dispuestos, está infundiendo su Espíritu Santo, el cual les imparte vida DIVINA
y eterna. Por medio de su Espíritu, y con nuestro consentimiento y esfuerzo por
crecer y vencer espiritualmente, nos está infundiendo su PROPIO CARÁCTER
ESPIRITUAL Y JUSTO. Por medio de una resurrección, seremos seres divinos NACIDOS
de Dios: ¡seres como el Padre y Cristo el Hijo, que son Dios! Todo el UNIVERSO
estará bajo nuestros pies (Hebreos
2:8).
En Adán, todos han
pecado. En Cristo, ¡todos serán vivificados! Dios ha llamado primero a SU
IGLESIA, la cual es su CUERPO. La Iglesia, resucitada cuando Él venga, SE
DESPOSARÁ con Cristo el Hijo. Nos convertiremos en hijos de Dios. Luego de
nuestro matrimonio con Cristo (unión espiritual de seres espirituales e
inmortales), ¡engendraremos hijos dentro de esta FAMILIA DIVINA!
Hay UNA SOLA IGLESIA,
UN SOLO CUERPO (1 Corintios 12:13,
20), que ha de convertirse en
UNA SOLA FAMILIA DIVINA. La Iglesia está "bien coordinada" (Efesios 2:21), "bien concertada y
unida"
(Efesios 4:16), y todos sus
miembros hablan LO MISMO que habla CRISTO (1 Corintios
1:10). Dios ha llamado a la
Iglesia para que salga del mundo de Satanás, lo venza a él y su mundo, y se
prepare para convertirse en seres divinos que reinen durante y después del
milenio, y que traigan VIDA eterna a todos los demás desde Adán… En aquel
entonces ¡ellos también lo desearán!
¡QUÉ ESPLÉNDIDO FIN Y
QUÉ MARAVILLOSO PLAN MAESTRO!þ