¿Cómo vendrá
la
PAZ
MUNDIAL?
por Herbert W. Armstrong
Viajo
a muchas partes del mundo como embajador de la paz mundial (sin cartera
política). Hablo con muchos jefes de gobierno sobre problemas universales y
acerca de la paz mundial. Me entrevisto con reyes y presidentes, con altos
funcionarios gubernamentales y con prominentes personajes en los campos de la
ciencia, la educación, el comercio y la industria. No he sido llamado para
tratar de establecer la paz en el mundo. Sólo sirvo como embajador o emisario de
aquel que la establecerá en nuestra generación.
L |
A MAYORÍA de nuestros
dirigentes son personas de gran talento. Sin embargo, son incapaces de abolir
los males de la humanidad o de establecer la paz. ¿Por qué?
Muchos científicos y
líderes dicen que la única esperanza de traer la paz a este planeta es mediante
la formación de un supergobierno que tenga bajo su control la única fuerza
militar del mundo. Pero al mismo tiempo reconocen la imposibilidad de alcanzar
ese objetivo. Afirman que semejante poder en manos humanas nos esclavizaría a
todos. ¿Cuál es la causa de esta situación?
Un pronóstico sorprendente
Aunque pocos se dan
cuenta de ello hoy en día, un famoso personaje, hace siglos, hizo una
declaración en la que pronosticó la solución a este problema. Se adelantó
cientos de años a su época, y el mundo de su tiempo rechazó y suprimió su
mensaje, el cual pronto quedó en el olvido.
Los dirigentes
mundiales harían bien en escudriñar aquella predicción a la luz de las
condiciones actuales del mundo.
He tenido el privilegio
de anunciar a muchos de los "grandes" de este mundo la única esperanza de la
humanidad. Esta ESPERANZA SEGURA se hará realidad en nuestro tiempo.
Pocos en verdad saben
que Jesucristo no vino como un dirigente religioso en una cruzada para "salvar
almas", sino como un difusor de noticias. Ningún personaje histórico ha sido más
incomprendido y más falsamente representado que Él.
Jesús vino como
portador de un MENSAJE que Dios Todopoderoso enviaba a la humanidad. Ese mensaje
contenía GRANDES NOTICIAS: un anuncio sensacional y de importancia vital para el
futuro. Pronosticaba el establecimiento de la paz mundial. Era la buena nueva
para el futuro, proclamada como EL ANUNCIO POR ANTICIPADO DE LA PAZ QUE VENDRÁ
EN NUESTRA ÉPOCA. ¡Ése fue el evangelio de Cristo! La palabra "evangelio"
significa precisamente "buena nueva".
Pero, ¿cuál fue el
contenido de ese mensaje suprimido por sus enemigos en el primer siglo de
nuestra era? El único testimonio oficial que los conspiradores de aquella época
no pudieron eliminar: la Santa Biblia, nos da la respuesta.
"Principio del evangelio de
Jesucristo, Hijo de Dios… Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del REINO
DE DIOS, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado;
arrepentíos, y creed en el evangelio" (Marcos 1.1, 14-15). ¿Creer en qué
evangelio? ¿En qué buena nueva? La buena nueva del REINO DE DIOS que se
avecina.
¿Qué quiso decir Jesús
al hablar del reino de Dios? ¿Cómo sabemos nosotros que su mensaje fue
suprimido? Y si el evangelio verdadero
y original de Cristo fue suprimido, ¿qué mensaje o mensajes fueron
proclamados al mundo para remplazarlo?
El testimonio escrito
Afirmar que el
verdadero evangelio proclamado por Cristo fue suprimido y que no fue anunciado
más al mundo por espacio de casi 19 siglos a partir del año 70 D.C. constituye,
en verdad, una declaración asombrosa y sorprendente.
El mismo testimonio
escrito que los conspiradores no pudieron destruir lo confirma. La Iglesia de
Dios fue fundada el día de Pentecostés del año 31 de nuestra era (Hechos 2). Aproximadamente
20 años más tarde el apóstol Pablo, bajo inspiración divina, escribió estas
palabras a las iglesias de Galacia: "Estoy maravillado de que tan
pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir
un evangelio diferente. No que haya
otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo" (Gálatas 1.6-7). Los versículos
siguientes contienen una maldición doble contra quienes predicaran cualquier
otro evangelio.
También el apóstol
Pablo escribió esto a los corintios: "Pero temo que como la
serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando
a otro Jesús… u otro evangelio que el que habéis aceptado…" (2 Corintios 11.3-4).
Y más adelante dice:
"Porque estos son falsos
apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no
es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no
es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia…" (versículos 13-15).
En su carta a los
primeros cristianos de Roma dice: "Porque la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad" (Romanos 1.18). El mensaje que
Dios envió por medio de Cristo fue detenido, suprimido.
Más aún: Jesucristo
mismo hizo saber claramente que su evangelio, el del REINO DE DIOS, sería
suprimido hasta nuestros
tiempos.
Sus discípulos le
habían preguntado cuál sería la señal por la cual ellos podrían identificar el
final de la presente era, justo antes de su retorno a la Tierra. Al
responderles, lo primero que hizo fue advertirles contra posibles engaños, pues
muchos vendrían en su nombre alegando ser sus ministros y aun reconociendo que
Él, Jesús, era el Cristo, y al mismo tiempo engañarían a la mayoría, Entonces
les dijo: "Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24.14).
¡Esta proclamación del
evangelio del reino de Dios no podría ser la señal de que estamos viviendo en
los tiempos del fin de esta era si dicho evangelio hubiera sido proclamado a lo
largo de estos siglos!
Tal como Jesús dijo que
sucedería, muchos han predicado acerca de su persona diciendo que Él es el Cristo.
Predican sobre el mensajero, pero ¡suprimen su mensaje!
Estamos ahora en el
tiempo del fin. Casi 19 siglos después de que el mensaje fue suprimido, ¡la
Iglesia de Dios Universal lo está proclamando a nivel MUNDIAL!
Algunos han predicado
un "evangelio de salvación" (en realidad una falsa salvación) y otros un
"evangelio de gracia", haciendo de la gracia una licencia para cometer pecado. Y
hay otros que han optado por un "evangelio social".
Mas Cristo trajo un
mensaje de vital importancia de parte de su Padre: el del REINO DE DIOS. ¿A qué
se refería Él al hablar del "reino de Dios"? ¿No es sorprendente que casi nadie
lo sepa en el mundo actual?
Un mensaje de gobierno
Al parecer, pocos
comprenden que el evangelio de Jesús fue un mensaje sobre GOBIERNO. No muchos se
dan cuenta de que en la actualidad Dios no está tratando de salvar al mundo
(espiritualmente). Casi nadie sabe que a Jesús le interesaba el tema del
gobierno.
Jesús nació para ser
rey. Notemos lo que está profetizado acerca de Él en el libro de Isaías: "Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el PRINCIPADO sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo
dilatado de SU IMPERIO y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y
sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde
ahora y para siempre" (Isaías 9.6-7).
Veamos lo que le fue
dicho a María: "…el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de
la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy
favorecida! …concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús. Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor
Dios le dará el trono de David su
padre; y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su REINO no tendrá fin" (Lucas 1.26-33).
Cuando llevaron a Jesús
ante Pilato, éste le preguntó: "¿Luego, eres tú
rey?"
Jesús respondió: "Tú dices que yo soy rey. Yo
para esto he nacido, y para esto he venido al mundo". Pero también dijo:
"Mi
reino no es de este mundo" (Juan 18.37,
36).
¿Por qué el mundo
entero ha sido engañado? ¿Por qué ignora el PROPÓSITO por el cual la humanidad fue
creada y puesta sobre la Tierra?
Una y otra vez
preguntamos: ¿POR QUÉ estamos en esta
Tierra? ¿Hacia DÓNDE nos dirigimos? ¿Cuál es el CAMINO que conduce a la PAZ, el
bienestar, la felicidad y la abundancia? ¿POR QUÉ no hay paz en el mundo? ¿Por qué
hay tanto mal en esta Tierra? ¿Por
qué la CIENCIA no puede darnos las soluciones? Estas preguntas son las MÁS
IMPORTANTES de la vida humana. ¿Por qué
la gente no está interesada en saber las respuestas?
La religión que cuenta
con el mayor número de adeptos en el mundo es el cristianismo. La gente SUPONE
que la religión cristiana se basa en la BIBLIA y procede de ella.
Entonces, ¿POR QUÉ las diversas sectas y
denominaciones del cristianismo tradicional no nos hablan del VERDADERO TEMA de
la Biblia? ¿Por qué no conocen el
AUTÉNTICO EVANGELIO que Jesús proclamó? ¡Su mensaje está claramente expuesto en las Sagradas
Escrituras! ¡Ahí no está
suprimido!
¡Ya es hora de que
alguien alce la voz y DESPIERTE de su
letargo a la humanidad indiferente!
¿Hay vida después de la muerte?
Algunas denominaciones
fundamentalistas del cristianismo predican sobre la salvación espiritual, sobre
la vida después de la muerte.
¿Existe vida después de
la muerte? La verdad se encuentra en la Biblia en forma CLARA y SENCILLA.
El evangelio de Jesús
fue el del reino de Dios. ¿Tiene ese mensaje algo que ver con la vida después de
la muerte, es decir, con la salvación espiritual? ¡Por supuesto que sí! Sin
embargo, ¡EL MUNDO ENTERO ESTÁ ENGAÑADO
Y ADORMECIDO! El evangelio del
reino de Dios comprende, básicamente, dos temas: gobierno y salvación espiritual
(lo que algunos llaman "nacer de nuevo"). El presente folleto trata sobre el
aspecto del gobierno. Si usted lo solicita, le enviaremos gratuitamente otro
folleto que lleva como título ¿Qué significa "NACER DE
NUEVO"?
¿Qué quiso decir
entonces Jesús al referirse al REINO DE DIOS? La verdad no sólo es sorprendente,
es desconcertante y asombrosa. Sin embargo, se trata de BUENAS NOTICIAS. ¡Son
las noticias más gloriosas que pueda escuchar un ser humano!
El evangelio de Cristo
Jesús iba por todas
partes predicando la buena nueva del REINO DE DIOS. Enseñaba en parábolas acerca
de ese reino. Envió a 70 discípulos a que predicaran y les ordenó proclamar el
REINO DE DIOS (Lucas 10.9). Envió a los
apóstoles, sobre quienes fue fundada la Iglesia de Dios, a predicar solamente el
REINO DE DIOS (Lucas 9.1-2).
¿No es sorprendente que
el mundo haya perdido el conocimiento de lo que todo ello significa?
El apóstol Pablo
predicó acerca del REINO DE DIOS (Hechos 19.8; 20.25; 28.23,
31).
¿Ha oído usted a los
hombres hablar del reino de Dios más o menos en los siguientes términos: "Por
medio de los cristianos trabajando en todas partes para producir la paz mundial,
la tolerancia y el amor fraternal, el reino de Dios puede ser al fin establecido
en los corazones de los hombres"?
Por el hecho de que el
evangelio de Cristo fue rechazado hace más de 1.900 años, el mundo ha tenido que
remplazarlo con algo. ¡Los hombres han tenido que acudir a una falsificación! Así, hemos oído hablar
del reino de Dios vagamente y ha venido a ser un término trivial que designa
algo así como un sentimiento en los corazones de los hombres. El concepto ha
quedado reducido a una idea etérea e irreal. Otros han entendido equivocadamente
que la Iglesia es el reino de Dios. También hay quienes lo confunden con un
"milenio", y aun hubo quienes, en este mismo siglo, dijeron que el Imperio
Británico era el reino de Dios. ¿Hasta qué extremo es el mundo capaz de ser
engañado?
Daniel lo sabía
El profeta Daniel,
quien vivió 600 años antes de Cristo, sabía que el reino de Dios era un reino
real: un gobierno que regiría a seres
humanos en la Tierra.
Él formaba parte de un
grupo de cuatro jóvenes judíos de inteligencia y talento excepcionales quienes,
durante el cautiverio de Judá, fueron designados para recibir entrenamiento
especial en el palacio del rey Nabucodonosor y servir en el gobierno del Imperio
Caldeo. Daniel era profeta y había recibido entendimiento de visiones y sueños
(Daniel 1.17).
Nabucodonosor fue el
primer monarca mundial. Había conquistado un vasto imperio que incluía a la
nación de Judá. Una vez tuvo un sueño que le perturbó en gran manera.
Inmediatamente exigió a sus magos, astrólogos y hechiceros que le dijeran no
sólo lo que había soñado sino también el significado del sueño; pero éstos,
desconcertados, no pudieron complacerle. Entonces Daniel fue traído ante la
presencia del Rey.
Daniel no poseía
habilidad o talento humano para interpretar sueños. Por el contrario, dijo:
"Hay
un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey
Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días" (Daniel 2.28).
El primer propósito
divino fue revelarle a este poderoso monarca que hay un Dios en los cielos, el
cual es REY SUPREMO sobre todas las naciones, gobiernos y reyes, ¡el Dios que
GOBIERNA EL UNIVERSO! Nabucodonosor sólo conocía a las muchas deidades
demoníacas paganas, pero nada sabía del Dios viviente y TODOPODEROSO. Al igual que la
gente y los gobernantes de hoy, no sabía que Dios es el personaje vivo, REAL y
activo que RIGE Y GOBIERNA literalmente el UNIVERSO ENTERO.
El propósito mismo del
sueño fue revelar el gobierno divino,
poner de manifiesto el hecho de que Dios efectivamente gobierna, es decir, la
realidad del REINO DE DIOS, lo cual constituye el único y verdadero EVANGELIO DE
JESUCRISTO. Ese sueño sirvió también para revelarnos a nosotros lo que ha de
ocurrir "en los postreros
días",
y el testimonio de ello ha sido preservado en forma escrita para que HOY podamos
conocerlo.
Ese testimonio se
refiere a hechos que ocurrirán en los próximos años, ¡EN ESTA ÚLTIMA MITAD DEL
SIGLO 20!
Un mensaje para nuestra época
No se trata de escritos
obsoletos y aburridos dirigidos a un pueblo que vivió hace 2.500 años. ¡Son
noticias de TREMENDO SIGNIFICADO y PALPITANTE ACTUALIDAD para NUESTROS DIAS! Son noticias anticipadas
de lo que va a suceder, y son para nosotros AHORA. Es el anuncio del acontecimiento
más colosal de la historia, el cual ocurrirá con absoluta certeza en la presente generación, ¡dentro de
muy pocos años!
¡Éste es el VERDADERO
EVANGELIO! ¡El mismo que Cristo predicó! Es un mensaje dirigido a usted y a mí
hoy. ¡Y es importantísimo que lo COMPRENDAMOS!
Tomemos la Biblia y
leamos los versículos 28-35 del segundo
capítulo del libro de Daniel. En ese sueño el
rey Nabucodonosor había visto una gigantesca estatua, mayor que cualquier otra
imagen o estatua construida por el hombre. Era tan majestuosa que resultaba
sobrecogedora, aun en sueños. La cabeza de la imagen era de oro fino, su pecho y
sus brazos de plata, el abdomen y los muslos de bronce, sus piernas de hierro y
sus pies de una mezcla de hierro y barro.
El factor tiempo
intervino en el sueño. Nabucodonosor había estado contemplando la estatua hasta
que una PIEDRA sobrenatural cayó de los cielos y desmenuzó los pies de la enorme
imagen. Entonces toda la estatua fue pulverizada; luego sopló el viento y no le
dejó rastro alguno. Pero la PIEDRA que hirió a la imagen se expandió
milagrosamente y fue hecha un gran MONTE que llenó toda la Tierra.
¿Qué significaba aquel
sueño? ¿Tenía acaso significado alguno? Sí lo tenía, porque este sueño de
Nabucodonosor fue obra de Dios. A diferencia de los sueños comunes y corrientes,
éste fue causado para transmitirle al Rey el mensaje de la soberanía de Dios y,
siendo parte de la Palabra escrita de Dios, es también para nosotros hoy, ¡a fin
de que entendamos aspectos importantes del VERDADERO EVANGELIO!
Daniel dijo:
"Este
es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del
rey"
(Daniel 2.36).
Ésta, por consiguiente,
es la interpretación divina, no la de
Herbert W. Armstrong. Ningún hombre debe jamás interpretar las Sagradas Escrituras. La
Biblia nos da LA PROPIA INTERPRETACIÓN DE DIOS. Hela aquí: "Tú, oh rey, eres
rey de reyes [Nabucodonosor fue el primer
soberano de un imperio mundial]; porque el Dios del cielo te
ha dado reino, poder, fuerza y majestad" (versículo 37). Dios se estaba
revelando a este dictador mundial humano para hacerle saber que Él era el MAYOR
de los reyes y el gobernante de
todo.
Al igual que este rey
caldeo, hoy la gente no piensa que Dios es un REY, un ser supremo que de hecho
RIGE como un jefe de GOBIERNO. El DIOS Eterno quiso revelarse a sí mismo a
Nabucodonosor por medio de Daniel, y a nosotros por medio de la Biblia, como un
DIOS TODOPODEROSO y SOBERANO que GOBIERNA
y a quien hay que obedecer.
Daniel continuó:
"Tú
eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro REINO inferior al
tuyo; y luego un tercer REINO de bronce, el cual dominará sobre toda la
tierra" (versículos 38-39).
¿Qué es un reino?
Recordemos que estamos
hablando de REINOS. Daniel estaba refiriéndose a reinos que dominarían sobre los
pueblos de la Tierra. ¡Se trataba de GOBIERNOS! Este pasaje no se refiere a
sentimientos vagos o etéreos "en el corazón de los hombres". Tampoco habla de
iglesias. Está hablando, en sentido literal, no figurado, de la clase de
GOBIERNOS que realmente tienen DOMINIO Y AUTORIDAD sobre las naciones formadas
por SERES HUMANOS aquí en la Tierra. Sus palabras son muy específicas. No hay
posibilidad aquí de darle otra interpretación a la palabra reino.
El texto no se puede
interpretar de otra manera. Es Dios quien nos ha dado su propia interpretación
mediante el profeta Daniel. La colosal estatua metálica simboliza GOBIERNOS
nacionales e internacionales, verdaderos REINOS en el sentido literal de la
palabra.
Esta imagen era símbolo
de una sucesión de gobiernos que
regirían al mundo. Primero estaba la cabeza de oro, la cual representaba a
Nabucodonosor, cabeza del Imperio Caldeo. Después de él vendría un segundo REINO o
imperio; luego un tercero, el cual DOMINARÍA "sobre toda la
tierra". ¡Se trataba de un imperio mundial!
Continuando en el versículo 40 vemos que las piernas de
hierro representaban un cuarto imperio mundial destinado a ser fuerte, como es
fuerte el hierro, militarmente más fuerte que sus predecesores. La plata es
menos valiosa que el oro, el bronce menos que la plata, el hierro menos que el
bronce. Es decir, en el proceso de la sucesión, a pesar de que cada nuevo metal
era más fuerte y más duro que los anteriores, esta profecía predijo una
decadencia moral y espiritual. Las dos piernas simbolizaban la división que
habría de existir en el cuarto imperio.
Después del Imperio
Caldeo siguió el Imperio Persa, aun mayor que el Caldeo. Después vino el Imperio
Greco-Macedonio. Y por
último surgió el Imperio Romano, el cual se dividió en dos, con capitales en
Roma y Constantinopla.
Ahora llegamos al
versículo 44. Tomemos la Biblia
y leámoslo nosotros mismos. Aquí, en un lenguaje perfectamente CLARO, está la
explicación divina de lo que es el reino de Dios:
"Y en
los días de estos reyes…" Esta es una referencia a los
10 dedos de los pies, hechos en parte de hierro y en parte de frágil arcilla, y
junto con las profecías de Daniel
7
y
Apocalipsis 13 y 17 se refiere a los
ESTADOS UNIDOS DE EUROPA, ¡una confederación que, con base en el Mercado Común
Europeo, está surgiendo actualmente, ante nuestros propios ojos! En Apocalipsis
17.12 se señala con toda claridad
que habrá una unión de 10 reyes o reinos. Dicha unión será una restauración de
lo que fue el "Sacro" Imperio Romano de la Edad Media (Apocalipsis
17.8).
Tomemos nota del
elemento tiempo: "En los días de estos
reyes…", dice el profeta Daniel. Es
decir, en los días de estas 10 naciones o grupos de naciones, EN NUESTRO TIEMPO, veremos una breve
resurrección del Imperio Romano. Veamos, pues, lo que va a ocurrir: "…el Dios del
cielo levantará un reino que no será jamás destruido… desmenuzará y consumirá a
todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre".
Sí, en nuestro tiempo
Hemos nombrado cuatro
imperios, los únicos cuatro imperios mundiales que han existido. Los capítulos 13 y 17 del Apocalipsis nos muestran que
después de la primera caída del Imperio Romano habría 10 restauraciones, de las
cuales siete serían dominadas por una iglesia gentil: la "hija" de la antigua
Babilonia, una iglesia que afirma ser cristiana, pero a la cual Dios llama
"BABILONIA LA GRANDE, o sea la religión de los misterios babilónicos.
Seis de estas
restauraciones han surgido y han caído. La séptima se está formando ahora. Será
breve, pero será la última
restauración del Imperio Romano. Estará formada por 10 naciones o grupos
europeos. Estos son los 10 dedos compuestos de hierro y barro mezclados.
En los días de estos
reyes, los cuales serán breves, EL DIOS DEL CIELO LEVANTARÁ UN REINO. ¡Será el REINO DE
DIOS!
Compárese con el
capítulo 17 de Apocalipsis. Aquí se describe
una iglesia, no una iglesia pequeña sino GRANDE, con dominio sobre "muchas
aguas" (versículo 1), o sea sobre
muchos pueblos y naciones con diferentes idiomas, según lo explica el versículo 15. Ella se hace pasar
por la Iglesia de Dios, de la que las Escrituras dicen que es la "esposa", o
mejor dicho, la prometida de Cristo, quien ha de CASARSE espiritualmente con Él
a su segunda venida (Efesios 5.23;
Apocalipsis 19.7; Mateo 25.1-10,
etc.).
Pero esta iglesia falsa
ha fornicado. ¿Cómo? Uniéndose políticamente con GOBIERNOS HUMANOS de
este mundo. Se "sentó" sobre las siete restauraciones del Imperio Romano,
conocido como el "Sacro Imperio Romano" (Apocalipsis
17.3). Gobernó sobre los reinos
humanos como una "esposa" ilícita, sin contraer matrimonio, dominando a su
amante en una relación anormal y profana.
Por lo tanto, esta
iglesia ha de "sentarse" sobre la última "cabeza de la bestia", que es la última
restauración del Sacro Imperio Romano. Será una unión de Iglesia y Estado y ha
de durar muy poco tiempo. COMBATIRÁ contra Cristo a su segunda venida, y ese
será su FIN. Ahora está en proceso de surgir. Por consiguiente, ya se aproxima
la segunda venida de Cristo. ¡Estamos muy
cerca del FIN de este mundo!
Cuando Cristo regrese
vendrá como Rey de reyes para gobernar al mundo entero (Apocalipsis 19.11-16). Y su reino, EL REINO DE DIOS, como dice Daniel,
consumirá a todos los reinos o gobiernos de la Tierra.
Apocalipsis
11.15 lo expresa de este modo:
"Los
reinos de este mundo han venido a ser de
nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los
siglos".
Ese será el REINO DE
DIOS. Pondrá fin a nuestros gobiernos actuales, sí, ¡a todos y cada uno de los gobiernos
nacionales! Éstos se convertirán en
los reinos, es decir, los GOBIERNOS, del Señor Jesucristo, quien entonces será
Rey de reyes sobre el mundo entero.
Esto pone totalmente en
claro el hecho de que el reino de Dios es un GOBIERNO en el sentido literal de
la palabra. Así como el Imperio Caldeo fue un reino y el Imperio Romano también
lo fue, el reino de Dios será un gobierno que tomará las riendas de los
gobiernos de las naciones de este mundo.
¡Jesucristo nació para
ser REY, es decir, un GOBERNANTE!
Estas escrituras
revelan claramente que Dios es el GOBERNANTE supremo. Dicen en lenguaje muy
claro que Jesús nació para ser REY, que va a GOBERNAR A TODAS LAS NACIONES DE LA
TIERRA, que su gobierno subsistirá eternamente.
Sin embargo, todo esto
es solamente parte de la fantástica,
sorprendente y asombrosa verdad de lo que es el reino de Dios.
El reino de Dios
gobernará sobre todos los seres humanos y las naciones de la Tierra. Sin
embargo, estos seres mortales y las naciones no serán el reino, ni siquiera estarán
en él. ¡Ellos serán gobernados por
este reino divino!
Aún tenemos que
aprender de QUÉ o de QUIÉNES se compone. ¿Puede USTED, como individuo, llegar a formar
parte de ese reino?
Se puede entrar
En los días de Jesús
los líderes religiosos sabían que Él era un maestro que había venido de Dios
trayendo la VERDAD. Lo tildaron de falso profeta, hereje y sedicioso. Sin
embargo, sabían que su voz era la voz
de Dios.
Uno de éstos, un
fariseo llamado Nicodemo, quien ocupaba una posición importante entre los
judíos, vino a Jesús secretamente de noche.
"Rabí, sabemos que has venido
de Dios…", dijo este fariseo (Juan 3.2). Sí, los fariseos
lo sabían. No dijo: "Yo lo sé".
Aseveró que "[nosotros los fariseos] sabemos". Sabían que Él hablaba la VERDAD;
sin embargo, no sólo la rechazaron sino que lo crucificaron a Él.
Jesús fue directamente
al meollo del asunto. Le habló a Nicodemo acerca del REINO DE DIOS y le dijo
algunas cosas que cada uno de nosotros necesita comprender: "Respondió Jesús y
le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede
ver el reino de Dios" (Juan 3.3). ¡Notémoslo! El
reino de Dios es algo que puede ser visto, aunque sólo por aquellos que nazcan
de nuevo. Es algo que otros no pueden ver. (Para una explicación más detallada
sobre este asunto, no deje de solicitar nuestro folleto gratuito titulado
¿Qué significa "NACER DE
NUEVO"?)
Pero, ¿se aplica lo
anterior a la Iglesia? ¿Pueden los hombres carnales, quienes no afirman haber
"nacido de nuevo", ver una iglesia? ¡Por supuesto! No obstante, la Biblia dice
que no pueden ver el reino de Dios. ¡Así lo afirmó Jesucristo! Entonces, si
creemos las palabras de Jesús tenemos que llegar a la conclusión de que la
Iglesia no es el reino de Dios.
Más adelante leemos:
"Respondió Jesús: De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar
en el reino de Dios" (versículo 5). El reino de
Dios, por tanto, es algo en lo que se
puede entrar, aunque sólo tendrán acceso al mismo los que hayan nacido de
agua y del Espíritu.
Continuemos. En el
capítulo que trata de la resurrección (1 Corintios
15) leemos estas palabras:
"Pero
esto digo, hermanos: que la sangre y la carne no pueden heredar el reino de
Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción" (versículo 50). ¡Ningún ser
humano de carne y sangre puede heredar ni entrar en el reino de Dios!
¿Puede la gente de
carne y hueso entrar en la Iglesia? Si es así, entonces el reino de Dios no puede ser la Iglesia, ya que ese
reino es algo donde los hombres de carne y sangre no pueden entrar.
¿Qué cree usted que es
la "Iglesia"? ¿Es un edificio? La gente de carne y hueso puede entrar en los
edificios y catedrales llamados iglesias. ¿Es la Iglesia la asamblea de los
conversos? La gente de carne y hueso también puede ingresar en esa asamblea. Sin
embargo, no puede entrar en el reino de Dios. Por consiguiente, el reino de Dios
no es la Iglesia.
¿En el corazón de los hombres?
Hay quienes creen que
el reino de Dios es una especie de sentimiento etéreo, algo que se establece en
el corazón de los hombres. Si es así, entonces el reino de Dios entra en
personas mortales. Mas las escrituras que hemos analizado dicen sencilla y
claramente que son los hombres (y las mujeres, naturalmente), cuando ya no son
de carne y sangre sino seres resucitados compuestos de espíritu, quienes pueden
entrar en el reino de Dios. El reino no entra en los seres humanos sino que
ellos entrarán en ese reino después
de que sean resucitados en gloria, cuando ya no sean "carne y sangre".
¿Es el reino "el dios
en usted"? De ninguna manera. No es algo que nace dentro del hombre ni que ha
entrado en él. Se trata de algo donde el hombre podrá entrar cuando "nazca de
nuevo".
¿Es acaso el Imperio
Británico? He tenido la oportunidad de visitar las islas Británicas, Canadá y
Australia. Todos sus habitantes son seres humanos de carne y hueso. Ellos
entraron en el Imperio Británico (en realidad ya no es imperio), pero no pueden
entrar en el reino de Dios. El Imperio Británico, pues, no puede ser el reino de Dios.
¿En el corazón de los fariseos?
Alguien preguntará:
"¿No dijo Jesús en Lucas
17.21 que el reino de Dios está
entre, o sea dentro, de vosotros?" Sin embargo, las otras escrituras que hemos
citado no admiten tal interpretación a estas palabras de Jesús. Examinemos a
fondo este versículo. Tengamos en cuenta que si en realidad dice eso, entonces
contradice las otras escrituras que hemos citado. Y si la Biblia se contradice,
no podemos creer lo que enseña y tampoco sirve para probar nada.
Primero, ¿a quién se
estaba dirigiendo Jesús? Leámoslo: "Preguntado por los fariseos, cuándo había de
venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con
advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios
está entre vosotros" (Lucas
17.20-21).
Jesús estaba hablando
con fariseos inconversos, carnales, hipócritas y mentirosos. El texto dice que
Él "les respondió y dijo…" Fueron los fariseos quienes le hicieron la pregunta.
¿Eran ellos miembros de la Iglesia? No. Si alguien cree que el reino es la
Iglesia y que el reino estaba "dentro" de los fariseos, ¿estaba entonces la
Iglesia dentro de los fariseos? ¿No es ridícula semejante suposición?
Fijémonos una vez más
en lo que Jesús dijo exactamente. Recordemos que la Iglesia aún no había sido
fundada. Jesús no dijo: "El reino de Dios será establecido en vuestros
corazones". No dio ninguna de las interpretaciones que algunas personas suelen
dar a este versículo. Él dijo a los fariseos: "El reino de Dios está…" (tiempo
presente, o sea en ese momento). Lo que dijo sobre el reino de Dios lo dijo en
tiempo presente, no futuro.
Lucas escribió estas
palabras en idioma griego. Las palabras griegas fueron traducidas al español en
algunas versiones como "dentro de vosotros está". Pero la versión de Reina-Valera, revisión de 1.960,
las traduce: "El reino de Dios está entre vosotros". La revisión de 1.977 las
traduce: "El reino de Dios está en medio de vosotros". El contexto indica que
las últimas dos son traducciones acertadas del texto griego.
Jesús no se estaba
refiriendo a una iglesia que pronto iba a ser establecida. No estaba hablando de
sentimientos en la mente o en el corazón. Estaba hablando de su REINADO como
Mesías. Los fariseos no le preguntaron acerca de una iglesia. Ellos nada sabían
sobre el futuro establecimiento de la Iglesia del Nuevo Testamento. No
preguntaron nada acerca de algún sentimiento. Ellos sabían por las profecías de
Daniel, Isaías, Jeremías y otros que el Mesías pronto habría de venir. Sin
embargo, pasaron por alto las profecías de su primera venida como el "Cordero de
Dios", quien habría de ser sacrificado por los pecados de la humanidad después
de nacer, crecer y ser rechazado y despreciado por ellos, tal como fue
profetizado en el capítulo 53 de Isaías. Tuvieron en cuenta
únicamente las profecías de su segunda
venida como REY conquistador y gobernante. Esto era lo que los fariseos
concebían como el reino de Dios.
Gobierno mundial
Jesús puso las cosas en
claro. Les dijo que no se trataba de un reino local o limitado sólo a los
judíos. No se trataría de un reino más entre los muchos reinos humanos que
podría ser visto y señalado: "Helo aquí… helo allí". Pero Él, el Cristo mismo,
había nacido para ser el Rey de ese reino; así se lo dijo a Pilato (Juan 18.36-37). La Biblia emplea
indistintamente los términos "rey" y "reino" (Daniel 7.17-18,
28). El rey del futuro reino
efectivamente estaba entre los fariseos, en medio de ellos, cuando les explicaba
estas cosas. Y en el lenguaje en el cual les habló, eso fue precisamente lo que
les dijo.
Jesús entonces, en los
siguientes versículos, procedió a describir su segunda venida, cuando el reino
de Dios abarcaría AL MUNDO ENTERO. En Lucas 17.24 hace referencia al
relámpago que fulgura y resplandece, como también lo hace en Mateo 24.27 donde describe su
segunda venida para gobernar a todas las naciones. El versículo 26 dice que, como
sucedió en los días de Noé, así ocurrirá cuando Cristo venga en gloria y
majestad para ser soberano mundial. El versículo 30 se refiere al día
en que Él será revelado.
Es evidente que Jesús
no dijo que el reino de Dios estaba dentro de aquellos fariseos hipócritas
que le odiaban. Tampoco dijo que la Iglesia sería el reino de Dios.
Ahora continuemos con
otros textos bíblicos y el significado del reino de Dios se hará más obvio
aún.
Jesús dijo
explícitamente que esos fariseos no estarían en el reino de Dios. Dirigiéndose a
ellos les habló así: "Allí será el llanto y el
crujir de dientes, cuando veáis [los fariseos] a Abraham, a
Isaac, a Jacob y a todos los profetas en
el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y
del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios" (Lucas 13.28-29).
El reino de Dios es
algo donde los hombres entrarán cuando tenga lugar la resurrección de los
justos. Abraham todavía no se encuentra allí (ver Hebreos 11.13, 39-40).
Todavía no ha llegado
Alguien pudiera
preguntarse: "¿No dijo Jesús que el reino
de Dios estaba ya cercano?" (Marcos 1.15). Ya hemos citado
dicho pasaje. Esto, naturalmente, ha hecho que algunos interpreten de una manera
equivocada lo que dijo y lo que quiso decir con esas palabras. Algunos han dado
por sentado que el reino de Dios quedó establecido desde el ministerio de Jesús.
Debido a esto suponen que ese reino es la Iglesia.
Sin embargo, Jesús no
dijo que el reino de Dios había sido establecido. Dijo que estaba siendo
anunciado (Lucas 16.16), no que ese reino
estuviera ya en la Tierra. Más aún: Él mismo se encargó de corregir este
concepto erróneo: "…prosiguió Jesús y dijo una
parábola, por cuanto… ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría
inmediatamente" (Lucas 19.11). ¿Por qué usó
esta parábola? Porque algunos, ya en aquella época, pensaban equivocadamente que
el reino de Dios habría de aparecer de
inmediato o que iba a ser la Iglesia.
Continuemos: "Dijo,
pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver"
(versículo 12). Cristo es ese
"hombre noble". Se refiere a su
ascención al trono de Dios, su Padre, en los cielos. Observemos que Él iría allí
para recibir un reino. Notemos también que habría de volver después de haberlo
recibido. ¡Pero Cristo aún no ha vuelto!
Otras secciones de las Escrituras explican esto; más adelante nos
referiremos a ellas.
Continuemos con la
parábola, la cual Cristo les relató porque algunos creían que el reino de Dios
habría de manifestarse de inmediato, es decir, en el primer siglo de nuestra
era: "Aconteció que vuelto él,
después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los
cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada
uno"
(versículo 15). ¡Cuando Cristo
retorne todos seremos llamados ante su tribunal de juicio para rendir
cuentas!
Pasemos ahora al
versículo 17, donde se nos dice
que aquel que había ganado 10 minas recibió autoridad para REGIR CIUDADES:
"…tendrás autoridad sobre
diez ciudades". Y al que ganó cinco minas le
dijo: "Tú también sé sobre cinco
ciudades".
Esta parábola se
refiere al tiempo de la segunda venida de Cristo y a cómo Él delegará autoridad
gubernamental a los santos que se hayan convertido durante esta era cristiana,
es decir, entre la primera y la segunda venida de Cristo.
Por consiguiente, esta
parábola fue narrada para hacernos ver con toda claridad que el reino de Dios es
un gobierno en el sentido literal de la palabra, y que será establecido A LA
SEGUNDA VENIDA DE CRISTO… ¡no antes! La Iglesia, por tanto, no puede ser el
reino de Dios. No obstante, la verdadera Iglesia de Dios va a ser transformada
por medio de una resurrección y un cambio instantáneo de mortal a inmortal.
Vendrá a ser el reino de Dios. Cuando todos sus miembros hayan sido
transformados en seres inmortales, la Iglesia se convertirá en el reino de Dios.
Mas todavía no es ese reino.
Los santos gobernarán
Leamos ahora la
descripción de cómo Cristo recibirá autoridad para dirigir el reino. Él es el
hombre noble que fue al cielo para recibir su reino y luego regresar.
Ya hemos visto cómo el
profeta Daniel habla del establecimiento del reino de Dios, a la segunda venida de Cristo, el cual
consumirá a todos los gobiernos nacionales y regirá sobre todos los pueblos.
Esto se encuentra en el segundo
capítulo del libro de Daniel. Leamos ahora el
capítulo 7:
"Miraba yo en la visión de la
noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de
hombre
[Cristo], que vino hasta el Anciano de
días, y le hicieron acercarse delante de él" (versículo 13). A lo largo de
los evangelios de Mateo, Marcos,
Lucas y Juan, Jesús
continuamente se refirió a sí mismo como el "Hijo del
Hombre". Cristo subió al cielo entre
nubes (Hechos 1.9) y ascendió hasta
el mismo trono de Dios (Marcos
16.19).
Prosigamos:
"Y le
fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas
le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que
no será destruido" (Daniel 7.14).
Toda esta narración es
bien clara. Cristo ascendió hasta el trono de Dios en el cielo. Dios es el
soberano de todo el universo. Esta visión nos muestra a Dios Todopoderoso, Padre
del Cristo resucitado, en el momento de conferir dominio a su Hijo. Dominio
significa autoridad soberana o suprema. Y a ese Hijo también le fue dado un
reino. ¿Dónde ha de establecerse ese reino? La Biblia dice: "Para que todos los
pueblos, naciones y lenguas le sirvieran". Los pueblos y las naciones que hablan
diferentes lenguas están aquí en la Tierra. Cristo, pues, recibió el dominio
sobre TODAS LAS NACIONES, ¡sobre el mundo entero!
La importancia de la palabra "hasta"
Ahora pasemos a
Hechos 3.21 donde se nos
relata que los cielos recibieron a Cristo "HASTA", es decir, no permanentemente
sino "hasta los tiempos de la
RESTAURACIÓN de todas las cosas". Restaurar significa volver a
poner una cosa en el estado o condición que tenía antes. Aquí se refiere a la
restauración de las leyes y el gobierno de Dios, la restauración de la felicidad
y la paz universales.
En el capítulo 7 del libro de
Daniel el profeta había
tenido un sueño y visiones. Había visto cuatro bestias salvajes. La
interpretación comienza en el versículo 17 (ver también el
versículo 16). Esta es la
interpretación inspirada por Dios, no la nuestra: "Estas cuatro grandes bestias
son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los
santos del Altísimo, y poseerán el REINO hasta el siglo, eternamente y para
siempre" (versículos 17-18).
Observemos que se
afirma que no sólo Cristo va a reinar sino también sus santos, es decir, los
cristianos verdaderamente convertidos, quienes hayan sido engendrados como hijos
de Dios. ¡Ellos tomarán posesión del reino de Dios y gobernarán con Cristo y
bajo su autoridad! El Nuevo Testamento afirma claramente que los santos
convertidos son coherederos con Jesucristo (Romanos 8.17).
En ese mismo capítulo 7 el profeta Daniel
hace referencia a otra potencia. La cuarta bestia que apareció en su sueño, el
cuarto imperio (el Imperio Romano), es descrita como un animal con 10 cuernos.
Este texto explica (y también Apocalipsis
13
y 17) que estos 10 cuernos
representan 10 "restauraciones" del Imperio Romano, después de la caída del
mismo en el año 476 D.C. Pero en el curso de estas restauraciones, ocurridas
después del año 476, surgió otro "cuerno" pequeño: un reino religioso que habría
de dominar sobre los últimos siete de los cuernos, que son las últimas siete
restauraciones del Imperio Romano (ver los versículos 8 y 20).
Leamos ahora acerca de
este "cuerno pequeño", el reino religioso, en el versículo 21: "Y veía yo que
este cuerno hacia guerra contra los santos, y los vencía, HASTA [otro "HASTA"] que vino el Anciano de días,
y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos
recibieron el reino",
Los santos, para
entonces ya no seres de carne y hueso sino seres inmortales, ¡poseerán el reino
a la segunda venida de Cristo! El mismo Jesús lo confirmó y lo puso en claro,
pues Él es quien habla en Apocalipsis
3.21: "Al que venciere, le daré
que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
mi Padre en su trono". El trono del Padre está en
los cielos, donde Jesucristo se encuentra ahora; pero el trono de Cristo, en el
cual los santos se sentarán con Él, es el trono de David, en Jerusalén
(Lucas 1.32).
Más aún: "Al que venciere y
guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las
regirá con vara de hierro…" (Apocalipsis 2.26-27).
No podemos saber la hora
Después de su
resurrección y momentos antes de ascender al cielo, estando en el monte de los
Olivos, Jesús explicó a sus discípulos cómo recibirían el PODER inspirador y
engendrador del Espíritu Santo de Dios en el día de Pentecostés que se
aproximaba.
Los discípulos querían
saber si el reino de Dios iba a ser establecido en aquel entonces. La IGLESIA sí fue
fundada en ese día de Pentecostés. Pero, ¿era aquello el establecimiento del
reino de Dios?
Los discípulos le
preguntaron: "Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?"
Una vez más Jesús
aclaró que la Iglesia no era el reino
de Dios: "Y les dijo: No os toca a
vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió
una nube que le ocultó de sus ojos" (Hechos 1.7-9).
La misión que Dios le
dio a la Iglesia fue la de predicar su evangelio en todo el mundo. Los apóstoles
habrían de recibir el Espíritu Santo, el cual los engendraría como santos, como
cristianos, colocándolos dentro de la Iglesia de Dios. Esto les infundiría el
poder necesario para llevar a cabo la misión de la Iglesia. Mas ello no era el
establecimiento del reino de Dios. Cristo les dijo que ellos no iban a saber en
qué momento el reino iba a ser establecido.
¿Qué quiso decir Él
cuando les dijo: "No os toca a vosotros saber
los tiempos o las sazones"? Ya Jesús había explicado
esto en otra oportunidad. Se halla en Mateo 24.36 donde el tema es
el fin de este mundo y su segunda venida:
"Pero
del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi
Padre". Jesús se refería a su segunda
venida y al establecimiento del reino de Dios. Nadie, excepto Dios el Padre,
sabe cuándo esto habrá de acontecer.
Sin embargo, aunque no
sabemos, aun en la actualidad, el día ni la hora de la segunda venida de
Jesucristo, sí sabemos, por las
profecías de la Palabra de Dios, que el
tiempo está muy cercano. En Lucas 21.25-32 Jesús predijo los
acontecimientos mundiales que en el presente están empezando a producir la
"angustia de las gentes", debida a problemas y guerras en todo el mundo:
"desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que
sobrevendrán…" Se aproximan problemas mundiales como nunca antes se habían
visto. "Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de
Dios. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto
acontezca" (versículos 31-32).
Por consiguiente, los
acontecimientos y las condiciones mundiales indican que estamos en la última
generación de este presente mundo malo y perverso.
El dilema fatal
Los problemas de
alcance internacional comenzaron en 1.914 con la primera guerra mundial. Hubo un
receso o tregua desde 1.918 hasta 1.939. Ahora nos encontramos en el segundo
receso, pero en la actualidad contamos con energía nuclear. Tenemos almacenadas
bombas de hidrógeno con una potencia y un volumen capaces de destruir varias
veces a toda la humanidad. Hay también otras armas destructivas con la capacidad
de borrar toda la vida humana de nuestro planeta.
Muchos científicos de
renombre dicen que solamente un supergobierno mundial podrá evitar el cosmicidio
del género humano. No obstante, LOS SERES HUMANOS no pueden y no están dispuestos a unirse para formar
semejante gobierno.
Ya es hora de que
afrontemos fríamente los HECHOS. La humanidad se halla ante una disyuntiva: o
existe un Dios omnipotente y todopoderoso que está a punto de intervenir y
establecer su REINO para gobernar a todas las naciones con PODER sobrenatural y supranacional para
traernos PAZ… o toda la humanidad será destruida (Mateo 24.22).
La actual "tregua"
pronto terminará y estallará una guerra nuclear: la tercera guerra mundial. Este
holocausto es denominado en la Biblia la "gran tribulación" (Mateo 24.21-22). Sin embargo,
Dios acortará esa espantosa tribulación mundial y enviará a Jesucristo
nuevamente a la Tierra como Rey de
reyes y Señor de señores. Él
restaurará el gobierno divino
mediante el REINADO UNIVERSAL DE DIOS y ¡traerá por fin LA PAZ
MUNDIAL!þ